India superó este miércoles los 200,000 muertos por Covid-19, cuya variante local sigue causando estragos en el gigante asiático y se detectó ya en al menos 17 países, mientras en Brasil el Senado investigará la gestión de la crisis por el gobierno de Jair Bolsonaro.
India, el cuarto país con más fallecidos por Covid-19 tras Estados Unidos, Brasil y México, superó el umbral de 200,000 muertos tras registrar más de 3,000 fallecidos en 24 horas por primera vez, según datos oficiales.
La nación de 1,300 millones de habitantes, la segunda más poblada después de China, también señaló un importante número de contagios en un sólo día: unos 360,000.
Muestra de la crítica situación, los crematorios no descansan, sus chimeneas se agrietan y los marcos metálicos de los hornos se funden por el calor. La leña se agotó en algunos establecimientos y se pidió a las familias que trajeran su propio combustible.
“Comenzamos cuando sale el sol y las cremaciones continúan más allá de la medianoche”, dice Sanjay, un sacerdote. La explosión de casos se atribuye a la variante india y a las masivas manifestaciones políticas y religiosas de las últimas semanas.
La comunidad internacional se movilizó para ayudar a India. El primer cargamento de ayuda médica británica, con 100 ventiladores y 95 concentradores de oxígeno, llegó el martes a Delhi. Francia, Canadá y Estados Unidos, entre otros, también anunciaron su asistencia.
Variante india en 17 países
La variante india suscita aún interrogantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo desconocer todavía si el mayor índice de mortalidad se debe a una variante más agresiva, a la situación del sistema sanitario indio por la explosión de casos o a ambos.
Esta variante, conocida científicamente como B.1.617, se ha detectado en más de 1,200 secuencias de genoma en “al menos 17 países”, anunció la OMS, que citó por ejemplo el Reino Unido, Estados Unidos y Singapur. Bélgica, Suiza, Grecia e Italia también anunciaron en los últimos días su presencia.
La B.1.617 tiene una tasa de crecimiento más alta que otras variantes que circulan en India, lo que sugiere que es más contagiosa”, agregó la OMS.
Para evitar su propagación, varios países suspendieron o limitaron sus conexiones aéreas con India, como Australia, Canadá, Emiratos Árabes Unidos, el Reino Unido y Nueva Zelanda.
Bélgica por su parte cerró sus fronteras con India, pero también con Brasil y Sudáfrica, donde aparecieron otras variantes del virus, mientras que España extendió la cuarentena obligatoria, vigente ya para los pasajeros procedentes de Brasil, a los de India.
La presencia del virus preocupa en Europa, máxime cuando empieza a respirar de los largos meses de restricciones, como en Países Bajos, donde se levanta este miércoles el toque de queda.
En Estados Unidos, por su parte, los ciudadanos vacunados ya no necesitarán llevar mascarilla al aire libre, salvo en caso de aglomeraciones.
Investigación en Brasil
En América Latina, la situación es agridulce. Mientras Brasil, Chile, Colombia y Ecuador siguen enfrentando una fuerte oleada de contagios, el número de decesos semanales en México cayó de 9,549 a 1,621 en 14 semanas y los contagios de 112,000 a menos de 19,000.
“Es más alentador, es aire fresco”, dijo el martes el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, que se contagió en febrero.
En Brasil, donde el regulador sanitario rechazó autorizar la vacuna rusa Sputnik V, el Senado investiga desde del martes la gestión de la crisis por el gobierno de Bolsonaro, que puede afectar a su reelección en 2022.
Los sondeos muestran que puede ser derrotado, en particular por el exmandatario de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, quien se perfila como su principal adversario. A lo largo de la pandemia, Bolsonaro minimizó su impacto.
En el mundo, el virus ha matado a más de 3.1 millones de personas desde diciembre de 2019 y se administraron ya más de 1,000 millones de dosis de vacunas, según balances de la AFP en base a fuentes oficiales.
AFP