Por. Fernando Coca
Dice que está haciendo recorridos por todo México para entender todos los problemas que, cotidianamente viven la mayoría de los mexicanos.
En verdad que nunca había visto un video de los recorridos de Ricardo Anaya, el excandidato presidencial del PAN, pero ahora si tuve que verlo pues se quedó a dormir en casa de una enfermera, Yadira, Yari le dice él, que está ubicada en el mismo municipio en el que yo vivo: Ixtapaluca.
Para Anaya es un descubrimiento que una persona se levante a las cuatro de la mañana para estar lista para ir al trabajo. También que hay que caminar 30 minutos para llegar al sitio de combis – en la imagen se ven las calles solas, sin vigilancia de la policía municipal- en donde ella se expone a todo tipo de riesgos en un municipio con alta inseguridad.
Luego suben a la combi hasta la estación Santa Martha, ubicada en los límites del Estado de México y la CDMX, ahí donde Los Reyes La Paz e Iztapalapa se junta. Por suerte, al panista no le tocó uno de los cotidianos asaltos. Creo saber el motivo: la cámara que los iba grabando inhibió cualquier intento de robo.
Y Anaya descubrió el Metro. Ella le dice que siempre se va en el área de las mujeres pues se siente más segura. No es para menos. El Metro divide a hombres y mujeres por el acoso, los tocamientos, el machismo que viaja en el tren que algún día fue naranja y en el que la violencia de género es cosa de todos los días.
Algo que le dio muchísimo gusto a Anaya fue ver que todas las personas que viajaron a su lado, usaban cubrebocas, pretexto para hablar del presidente López Obrador al decir que nadie le hace caso para no usar la mascarilla.
Anaya llegó a la estación Lindavista y acompaño a Yadira hasta la entrada de la clínica del IMSS donde ella trabaja.
¿Qué le faltó a Anaya? Primero, dejar hablar a Yadira, que le contara que vive en su día a día. También platicar con las decenas de personas con las que viajó en el Metro.
La campaña de Anaya solo es una puesta en escena para que veamos cómo alguien sacrifica las comodidades de Atlanta para venir a convivir con el pueblo, al que sueña gobernar.
La Letrina. Ayer se conmemoraron 92 años de la fundación del partido que fue hegemónico durante casi todo el siglo pasado. El PRI es un partido en vías de extinción.