Por. Cristina Ortega
Noviembre de 2014, Universidad Iberoamericana, campus Santa Fe, se me ocurrió tomar la tarima para presentar en mi primer coloquio doctoral en comunicaciones y decir “Es necesario regular las redes sociales”.
Yo refiriéndome a las fake news, que para entonces no existía ese término, para controlar los perfiles falsos, la doble identidad, el ciber acoso… Pero, si tomamos el contexto en el que estaba, siendo creadores del #YoSoy132 y #NosFaltan43. Era obvio el gran malestar que ocasioné no entre profesores, sino, entre militantes, no entre comunicadores, sino entre activistas.
De “venida a más”, de “querer censurar la libertad de expresión”, entre otras tantas frases que me fueron dichas hasta invitarme a dejar honorable institución. Aunque en el fondo sabía que era cuestión de tiempo que los mismos que me acusaban, tarde o temprano estarían obligados a hablar de la causa, claro está, bajo el apellido Monreal.
Pasaron los años y fui invitada al foro consultivo de las audiencias en el Senado de la República y por el Instituto Federal Electoral. Fue hilarante, cómo el tiempo “resignifica” las cosas, entonces cantidad de asociaciones y estudiosos de la comunicación hablaban retóricamente en pro “la regulación de las redes sociales”.
Yo un poco más mañosa, y más curtida, pregunté “¿Y qué quieren regular de las redes sociales?”, pero la respuesta (sin mencionar al acusado) fue más allá de la política, entonces me dijo por el alta voz: “No preguntes qué se quiere regular esa no es la pregunta, sino “cómo” e ahí el dilema. Aún con el micrófono prendido continué. “Estimado, sino sabes qué, y no sabes cómo, que son el principio epistémico de todo conocimiento, y ambas preguntas ignoras, perdón, usted y el panel no tienen idea de nada de lo que se habla aquí”.
Así fue como llamé la atención de quién yo quería, pero el pez lagarto es muy grande para mis pequeñas aletas. Una semana después fui citada al IFT, con el comisionado encargado de las redes sociales, por cierto, que ya no está, así como el comisionado presidente que desde entonces es una cede acéfala, está regulada por un interino militante del partido guinda. Ahí pude demostrar cómo se detecta una nota falsa, como puede ser detectada en una app, cómo se detecta una identidad falsa, y cómo identidades engañosas buscan el abuso, tanto para jóvenes como para la pedofilia; pero, nunca se avanzó en las pruebas, y respecto al comisionado presidente del IFT nunca
Fueron publicados los resultados. Estos datos son importantes para saber cuál es el campo en que uno está parado.
La pregunta es la misma, ¿Qué quieren regular, y cómo?
El presidente de la bancada del Senado, el compañero Monreal citó siete puntos para tratar:
1.- Regular las redes sociales que tengan más de un millón de usuarios. Las redes sociales son empresas privadas extranjeras, y el gobierno mexicano no tiene injerencia en su “rating” que confunde con “democracia” en el contenido de éstas.
Si Coca Cola, tiene más de un millón de consumidores, ya lanzó su campaña que tiene azúcar, ok, Coca Cola, da la opción “sin azúcar”, ¿Qué injerencia tiene un gobierno en una empresa privada extranjera? absolutamente nada, coartar el limite de usuarios es coartar la libertad de elección, entonces ya estamos hablando de una dictadura.
2.- Operar con autorización del IFT, ¿Por qué una empresa extranjera que tiene 15 años operando bajo las reglas del Instituto Federal de Telecomunicaciones, debe reautorizar las reglas? ¿A caso van a cambiar las reglas del acéfalo instituto?, El espectro y velocidad que usa la internet es legal según las empresas mexicanas que contratan el servicio de la red social, ¿De qué “nueva” autorización” hablan? Infringir en nuevas reglas que no permitan la libertad de expresión o libertad de elección, entonces estamos hablando de una dictadura.
3.- Suspender o eliminar cuentas y contenidos con términos no autorizados por IFT. No se supone que la policía cibernética ya lo hace, o qué hace la policía cibernética. No vayamos tan lejos ¿Qué tiene que decir de la Deep web? Que venden órganos, personas, y todo tipo de sustancia y armamento no legal. ¿Qué hace la policía cibernética?, ¿Un gasto para ahorrarse, o un título para presumirse?
4. Solo suspender cuentas y contenidos que difundan noticias falsas. No nos hagamos tontos, hay algoritmos que pueden ser aplicaciones que marcan el grado de veracidad de una nota, este punto es obsoleto.
5. Procedimiento interno para impugnar la suspensión. ¿Interno, dónde? ¿En la compañía extranjera? O sea que México pone leyes en empresas extranjeras, interno en la “nueva” ley de IFT, de nuevo “dónde”, no hay claridad en la redacción.
6. Si las redes sociales no resuelven se podrá presentar una queja por violación a la libertad de expresión. ¿El Gobierno mexicano castigará a las empresas extranjeras por no hacer su trabajo? Como diría Chava Flores ¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano?
7.- Si se acreditan las violaciones a la libertad de expresión prevén multas de hasta 89.62 millones de pesos.
Este es un excelente tema; para algún leguleyo que podría explicar ¿Qué es libertad en tiempos de cibernética?
Libertad de tener redes sociales estando en la cárcel, de tener un perfil falso, de trolear, de hacer bullying, libertad de hackear, libertad de infringir passwords, ¿libertad?
Primero definan qué es libertad en esta era, y después qué es violar esa libertad.
No, el detonador no fue el veto de Facebook y Twitter a Trump tras el asalto al capitolio.
“No puede que entre un privado prive sus derechos […]acceso a la información, derecho de expresión, justificó el líder de MORENA. Por supuesto que puede, las redes sociales son empresas privadas, donde sus usuarios no pagan un céntimo para exigir absolutamente nada, pagan con la información de sus datos, y esos son los que se comercializan hoy día, no olvidar el caso de Cambridge Analytica.
Cuando usted, o un infante da consentimiento a todos los permisos que da a la aplicación para ser usada en su ordenador o su Smartphone, no solo se da permiso al acceso a “su” dispositivo, sino, también otorga el consentimiento de accesar con los usuarios con los cuales interactúa, como es el caso de Snapchat, Tik Tok, y recientemente Facebook que constantemente cambia sus reglas y diseños.
Lo interesante de este tema no es la regulación en sí, es que apenas el planeta se está dando cuenta que somos una sociedad que se está digitalizando, sí habrá que replantearse qué es la libertad, lo acabamos de vivir en un confinamiento, y los líderes de cárteles tienen libertad al acceso a redes sociales, entonces, ¿Qué es la libertad en nuestros días?
Lo que conocimos como “geopolítica” se está digitalizando a ciberpolítica, porque la ideología de su vecino no implica que comulgue con la nación donde habite, ni la compañía donde trabaja, ni el banco donde le depositan, ni siquiera el servidor que utiliza, somos una cibersociedad que está mutando desde hace ya tiempo a una digitalización a velocidad degigahertz.
Cuando comencé mi doctorado en investigación interdisciplinaria decidí estudiar las interacciones en el mundo digital, obviamente volví locos a mis… “opositores” porque comprender que ya los estudios de investigación no solo son medibles en metros, temperatura, y colores, fue una gran novedad, pero real, describir que cierto grupo que viaja a equis velocidad de gigas, consumen ciertos megas para interactuar en redes sociales que detonan las imágenes que sobreabundan el espacio cibernético. Eso es la realidad de hoy.
El senador Monreal no está tan equivocado, pero sí un poco perdido, no se puede gobernar una nación con leyes que hasta el siglo pasado funcionaron, en un ciberespacio que no es nacional, en un espectro fabricado con energía no nacional, con un software no nacional, en una compañía de interacciones sociales internacionales (tampoco es nacional); y así podríamos hacer la lista infinita.
¿Ahora comprenden la guerra cibernética de China y Estados Unidos? Despertamos tarde en un mundo digitalizado, nos volvieron a conquistar ¡con imágenes!
Pero la historia comienza, poco avanzada pero comienza, hay mucho por hacer. Un buen ejercicio es “regular” la cantidad de spots publicitarios electorales, esos sí deberían ser urgentes. 40 millones al mes de spots es un bombardeo para la libertad de elección, ese es un acondicionamiento de pensamiento, por no llamarlo adoctrinamiento. Y vuelvo a lo mismo, ¿Eso es libertad?
Siempre es importante el espacio y tiempo. Mientras eran oposición el#YoSoy132 y #NosFaltan43 eran libertad de expresión, ya sabemos de la primavera árabe, pero nadie le pone nombre a “El Invierno Americano” del 6 de enero, con la toma del Capitolio.
La regulación primeramente debe contener: Los falsos perfiles, los ciberdelincuentes, dobles personalidades, a notas falsas, calidad de información… ¿Y qué hace entonces la ciberpolicía? ¡Por favor! Todo indica que lo que conocíamos como “geopolítica” puede mutar a cibersociedades de niveles epistémicos y esto cambiaría por fin la forma de gobernar, esto es el futuro inmediato, quizás lo más elemental es que absolutamente todo está regulado por empresas privadas por dos potencias políticamente opuestas. China con política comunista, pero de economía libre, y Estados Unidos, capitalista y de libre comercio.
Ni el comunismo, ni el socialismo, ni el capitalismo ¿Qué es la libertad? Porque miles de empresas privadas nos están vendiendo como datos algorítmicos.
Sin duda un gran tema.