Cuando vi la película animada “Coco” de Disney inspirada en el Día de Muertos y la historia de Miguel, un niño que pese a la oposición familiar quería ser cantante, no podía comprender cómo todo mundo me hablaba maravillas de ella. ¿De verdad te encantó? Preguntaba a amigos y familiares. Sí está preciosa, hermosa. ¿En serio? Pero ¿No sentiste horrible ver la forma en que la abuela le gritaba y trataba al niño que además hasta temblaba cuando veía que se sacaba la chancla? No faltó quien me dijera, pues mira, es que ya sabes cómo son nuestras mamás. A todos nos dieron chancletazos, cachetadas, pellizcos y empujones. Pero así aprendimos. ¿Pero eso te parece normal? Me ponía a discutir con quien no dejaba de expresarme su admiración por la película. Finalmente llegué a la conclusión de que efectivamente hay una “normalización” de la violencia verbal y física a los niños y niñas por parte de sus padres, familiares y tutores. En una encuesta que hice con mis compañeros y compañeras de trabajo de distintas edades, la mayoría aceptó haber recibido algún golpe o maltrato verbal por alguno de los padres, tíos o abuelos, en el afán de “corregir” alguna “mala conducta”. Sólo unos cuantos dijeron no haber recibido ningún chancletazo “educativo”, aunque si el típico “eres un flojo, inútil o si vas vestida así van a decir que eres una puta”. Por esta razón es una gran noticia lo que ocurrió el viernes pasado en el Congreso de Jalisco. Los diputados locales aprobaron la llamada “Ley Anti chancla” propuesta por el Gobernador Enrique Alfaro para modificar el Código Penal e imponer penas de seis meses hasta seis años de prisión a quien se sorprenda generando alteraciones a la salud, integridad física o psicológica a un menor que esté bajo la patria potestad, tutela, custodia o cuidado. Las niñas, niños y adolescentes, pueden presentar sus denuncias, lo mismo que un familiar, vecino o testigo. Es decir, a diferencia de lo aprobado por el Congreso de la Unión, Jalisco fue más allá, no solo en prohibir, sino en castigar con cárcel o con la pérdida de la patria potestad. De acuerdo con cifras de UNICEF, seis de cada 10 niños, niñas y adolescentes han recibido algún tipo de agresión física y verbal por parte de su padres o tutores. Esto a su vez, puede generar comportamientos violentos o agresivos. Así que lo aprobado en Jalisco, merece todo nuestro reconocimiento y ojalá que se replicara en todo el país.
#NoMásViolencia