Por ÓSCAR H. MORALES MARTÍNEZ
Se llama “presentismo” al análisis de los eventos históricos con mentalidad de la época actual. Ha sido bandera de la 4T la evocación y reinterpretación acomodaticia de personajes históricos mexicanos para justificar acciones del presente.
Tenemos la “austeridad republicana” de Benito Juárez para encubrir la ilegal reducción de sueldos y despidos masivos de funcionarios públicos; aparecen las “aportaciones” de Leona Vicario a la causa Insurgente para validar donativos irregulares de dinero en efectivo de dudosa procedencia; el “sufragio efectivo” de Francisco Madero, pretende justificar las críticas, reducción presupuestaria e intervencionismo presidencial al Instituto Nacional Electoral para “vigilar” las votaciones del 2021 y las que sigan; la expropiación petrolera del General Lázaro Cárdenas es el aliento para brindar respiración de resucitación a refinerías y proyectos faraónicos en el sector petrolero y de energías no renovables; la vida idílica de los mexicas en Tenochtitlan es motivo para “recuperar” su nombre y añadirlo a una estación del metro de la Ciudad de México conocida ahora como “El Zócalo – Tenochtitlan”.
El pasado se pinta terrible o deseable según la conveniencia política, pero no queda en un asunto académico, político o ideológico, sino que ha trascendido a la actividad económica de México en los sectores público y privado.
Es claro que el sistema político mexicano está en un proceso de retorno al autoritarismo político de anteriores regímenes presidenciales, enterrando en el camino Instituciones autónomas que le estorban y reviviendo figuras paleolíticas que juegan un papel muy importante en la estrategia de mercado de la 4T.
Por un lado, un prehistórico Manuel Bartlett acompañado de Rocío Nahle mueven los hilos de la economía pública mexicana, haciendo casi olvidar los nombres de Graciela Márquez y Arturo Herrera actuales Secretarios de Economía y Hacienda respectivamente.
Por otro lado, un redimido de la justicia mexicana Carlos Cabal Peniche reaparece como la mano que mece la cuna del BANCO DEL BIENESTAR y, ahora, sorpresivamente como inversionista de INTERJET y de SISTEMAS RADIÓPOLIS que posee y opera 17 estaciones de radio, entre ellas W Radio y Los 40.
Se dice que la memoria del mexicano es de corto plazo (excepto para seguir recriminando a los españoles y a la Malinche por la Conquista), por lo que merece la pena refrescar la semblanza de Carlos Cabal Peniche, quien fuera uno de los empresarios insignia en la presidencia de Carlos Salinas de Gortari.
El también oriundo de Tabasco, en corto tiempo adquirió en aquella época Banca Cremi, después BCH y fundó Banca Unión, llevándolo a la quiebra para ser rescatado por el satanizado FOBAPROA, pero en el sexenio de Ernesto Zedillo fue perseguido por la justicia por sus actividades financieras fraudulentas y huyó a Australia, donde fue capturado, procesado y sometido a pena de prisión, hasta que en 2001 fue extraditado a México para ser liberado en 2009 bajo la presidencia de Felipe Calderón y absuelto de forma definitiva, recuperando su patrimonio y acciones que le habían sido incautados por la entonces Procuraduría General de la República. Posteriormente reapareció cuando Marcelo Ebrard fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, quien le otorgó la concesión para operar la Central de Abastos, que es el mercado de alimentos más grande de Latinoamérica por la millonaria actividad que maneja. Ahora regresa como el banquero de Andrés Manuel López Obrador e inversionista de una radiodifusora.
La llegada de Peniche a INTERJET y SISTEMAS RADIÓPOLIS ha sido un poco de carambola, pero es claro que hay un experto billarista que tejió la siguiente historia.
Miguel Alemán Magnani, nieto del expresidente de México Miguel Alemán Valdés y miembro del Consejo Asesor Empresarial de Andrés Manuel López Obrador, convino en 2019 con GRUPO TELEVISA la compra de sus acciones en SISTEMAS RADIÓPOLIS equivalentes a un 50 por ciento, siendo el titular del restante 50 por ciendo accionario GRUPO PRISA, el más importante consorcio español de radio y comunicaciones, quien accedió a dicha compra por la trayectoria y reputación de Miguel Alemán Magnani y su grupo de empresas, entre ellas INTERJET.
La operación de compraventa accionaria se fracturó cuando CORPORATIVO CORAL (empresa de Miguel Alemán) dejó de pagar el anticipo pactado con GRUPO TELEVISA, quien lo demandó hasta incluso llegar a congelar sus cuentas personales y las de su grupo de empresas, lo que puso en serios predicamentos al empresario, apareciendo en ese momento a escena Carlos Cabal Peniche, ofreciendo una inversión millonaria para finiquitar la operación de compraventa de acciones de SISTEMAS RADIOPOLIS y después levantar a INTERJET, inyectando capital a CORPORATIVO CORAL a través de los nuevos inversionistas Teresa Pasini, esposa de Carlos Cabal Peniche; Samantha del Valle, hija del empresario Alejandro del Valle y Rosa Rubio, esposa de Carlos Aguirre, quien fuera director del Grupo Radio Centro, quienes ahora a través de un fideicomiso controlan el 90 por cienro de la operación de CORPORATIVO CORAL y Miguel Alemán solo detenta un 10 por ciento. Todo ello sucedió sin el consentimiento ni conocimiento de GRUPO PRISA, según sus declaraciones, quien ahora tiene como socios a estas flamantes familias mexicanas, lo que ha envuelto el asunto en una bomba legal que está por explotar.
Sin entrar al detalle del conflicto suscitado en recientes días entre CORPORATIVO CORAL y GRUPO PRISA por el control corporativo y de contenidos e información de SISTEMAS RADIOPOLIS, debe objetarse que una persona que fue condenada por delitos de fraude financiero y que en automático está inhabilita para tener funciones y operar en el sector bancario y comercial, ahora le sea permitido regresar a la palestra pública precisamente en dichas actividades bancarias y comerciales.
Por otra parte, el presente régimen se ufana de estar combatiendo la corrupción y Cabal Peniche es el símbolo de fraude y corrupción por antonomasia del Salinato, lo que contradice el discurso presidencial que se ha encargado de acusar a ese régimen presidencial como la expresión más diabólica y perversa en México. Pero ahora resulta muy conveniente para el presente régimen valerse de la astucia de este empresario para manejar el BANCO DEL BIENESTAR y presumiblemente a uno de los medios de comunicación de radio más importantes de México, quizá para controlar y callar voces y manejar información políticamente conveniente.
El presidente de México Andrés Manuel López Obrador ha declarado que no opinará ni intervendrá en el conflicto de la radiodifusora, por tratarse de un asunto entre particulares, lo cual es cierto, pero no parece coincidencia que con este forzado movimiento corporativo de SISTEMAS RADIÓPOLIS que ha sido calificado por GRUPO PRISA como atropellado, coercitivo e ilegal, se prevea la cancelación del programa noticioso de W RADIO del periodista Carlos Loret de Mola, justo cuando exhibió a su hermano Pío en un video recibiendo dinero en efectivo. El periodista ya había dejado las filas de TELEVISA por represión a su libre expresión de parte del mandatario oficial.
En política nada es casual, pero lo que resulta claro es que el problema legal de SISTEMAS RADIOPOLIS puede convertirse en otro más de los eventos que atentan contra la seguridad legal y jurídica contractual y desalientan la participación de la inversión extranjera.
GRUPO PRISA declaró en España en el periódico El País el día 26 de agosto que “las maniobras de Alemán y Cabal Peniche –que se suman a otros episodios de distinto carácter en el paisaje empresarial mexicano en los últimos dos años– vuelven a dejar en evidencia la inseguridad jurídica bajo la que operan los inversionistas en el país norteamericano.”
Esa es la imagen que México está proyectando al mundo y por ello debe ser tratado este asunto con interés general y no solo de las partes involucradas, porque los ojos del mundo están observando este y otros eventos similares, en una película que será llamada “Taco Western”, donde la autoridad y justicia está en mano de los forajidos.
ÓSCAR H. MORALES MARTÍNEZ. Abogado corporativo de CORPORATE LAWYER.