Con 28 años, la cordobesa María Cumplido Cabello se ha convertido en una de las ganadoras de los premios de Matemáticas Vicent Caselles que otorga la Real Sociedad Matemática Española y la Fundación BBVA, gracias a su tesis doctoral que presentó en la Universidad francesa de Rennes, con la que resolvió un problema matemático abierto desde el año 2000.
Luego de hacer partícipe a su hija sobre el galardón, la pequeña lazó un fuerte cuestionamiento en pleno 2021. “Le he enseñado la noticia a mi hija y me ha contestado: ‘Entonces, mamá, ¿es cierto que las chicas también podemos ser científicas?”.
Cumplido, que es doctora en Matemáticas por la Universidad de Sevilla, donde estudió la carrera, y la de Rennes, reside actualmente en Edimburgo, donde desde el pasado mes de octubre es investigadora post-doctoral de la Universidad Heriot-Watt.
Pese a ser una de las mentes más brillantes en el campo de las Matemáticas Puras, María Cumplido nunca ha encontrado trabajo en España en el pasado y ve muy complicado encontrar algo decente en el futuro.
Como ella misma ha declarado, “en Francia tengo posibilidad de optar a plazas fijas de profesora universitaria; en el Reino Unido pagan unos sueldos bastante dignos, pero en España solo puedo optar a contratos de cinco años o becas post-doctorales muy prestigiosas pero muy mal pagadas, con lo que una familia apenas puede vivir”.
En su trabajo premiado, Cumplido aplica resultados geométricos, conocidos como trenzas , a contextos algebraicos, acercando las dos disciplinas. Estos grupos de trenzas forman parte de otro grupo más amplio de objetos matemáticos llamado de Artin, del que se conoce muy poco. La joven matemática cordobesa considera que su trabajo puede tener importantes aplicaciones prácticas, por ejemplo en la seguridad informática.
En todo caso, Cumplido, que aún permanece semiconfinada en Edimburgo, considera que la pandemia de coronavirus ha servido para poner de manifiesto la importancia de las matemáticas aplicadas a la vida ordinaria.
“A una población que no sabe matemáticas es muy fácil engañarla, basta con ponerle una estadística por delante sin analizar bien los datos, como si enseñaras un texto en un idioma que la población no conoce y te inventaras la traducción”, asegura.
La Vanguardia