A raíz de las manifestaciones surgidas en Jalisco a causa del asesinato de Giovanni López por cuerpos policiales hemos tenido que voltear a ver ese elefante en la sala que es la violencia en los cuerpos policiacos. El homicidio causó indignación entre la sociedad mexicana, al grado de hacerse sentir en las calles en medio de protestas en las que los cuerpos policiacos, en algunos casos, también fueron agredidos.
Esta violencia no es nueva. Y si bien todos los ciudadanos quedamos expuestos ante la brutalidad policiaca, son las mujeres quienes están más vulnerables. Y no sólo en calidad de indiciada o detenida, pues al ser mujer no se está segura ni aun perteneciendo a los cuerpos policiacos.
Las mujeres policías en México son víctimas de violencia y abuso “constante” en todo el país, según un informe presentado en marzo de este año por la asociación civil Causa en Común. (Agencia EFE).
De acuerdo con la ONG, esto no es nuevo. Previamente ya se había presentado el año pasado la encuesta “Qué piensa la Policía: 2019”, donde se mostró que un 35 por ciento de las mujeres del cuerpo policiaco sufrían violencia de género en México. Este año se realizó este estudio complementario “Ser mujer policía en México”, con foco en el Estado de México, para usarlo como macrotendencia al resto del país.
En este nuevo estudio se informó que siete de cada diez mujeres en el Edomex sufrieron violencia de género en la academia y cuatro de cada diez fueron víctimas o presenciaron algún tipo de discriminación o acoso dentro de sus corporaciones. Asimismo, se informó que 68 por ciento de las 300 encuestadas dijeron haber recibido comentarios lascivos, un 18 por ciento haber sido objeto de insinuaciones o solicitudes sexuales y 9 por ciento afirmaron haber recibido mensajes, fotografías o comentarios con insinuaciones o insultos.
Y si esto fue en la academia, al llegar al cuerpo policiaco el panorama no cambió en nada. Pues, de acuerdo con la investigadora Pilar Déziga, responsable del estudio, un 39 por ciento de las mujeres policías comentan haber presenciado o ser víctimas de discriminación, el 7 por ciento de abuso físico y 2 por ciento de abuso sexual.
A pesar de ello, sólo el 17 por ciento denunció a sus agresores, y de éstas, sólo en la mitad se registraron sanciones.
Para María Elena Morera, presidenta de Causa en Común, es “desafortunado constatar que las corporaciones policiales tienen todas las condiciones necesarias para convertirse en espacios de subordinación y control que normalicen la violencia contra las mujeres” (Aristegui Noticias, 03-03-2020).
Da gusto que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, condene la represión policiaca y los abusos de poder, desde la dependencia a su cargo y en sus cuentas personales en redes. Pero mejor sería que se condenaran todas las violencias y que la indignación no sea selectiva. Todos, también las mujeres policías merecen justicia, aunque esta causa no sea tan popular.