Pocas veces, un dirigente político de oposición tiene la oportunidad de cuestionar con toda severidad a quien ocupa el cargo más alto en la línea del poder.
En México, Andrés Manuel López Obrador ejerce la Presidencia de la República sin un contrapeso de los actores políticos del país.
Los partidos están, en palabras del presidente, moralmente derrotados y no se reponen de la derrota de julio de 2018.
La grave crisis sanitaria provocada por el COVID-19, era un momento clave para hacerse sentir.
No hay propuestas ni concretas ni firmes de la oposición ante la pandemia. Han sido reactivos y el pasado reciente los condenó a la pasividad.
¿Qué habría sido de la oposición si, ante la contingencia sanitaria, el presidente López Obrador encuentra un sistema de salud robusto y operando al cien por ciento? Tendrían voz en el armado de la estrategia anti COVID y también serían parte fundamental en el diseño y aplicación de las políticas públicas para enfrentar la pandemia.
Lo que el gobierno federal se encontró fue un sistema sanitario hecho trizas, aniquilado por el ansia privatizadora de las administraciones del PRIAN.
Hoy, dos exsecretarios de salud de esa época, Frenk y Narro critican la estrategia que hace frente a la crisis y lo más rescatable de sus críticas es que no les cuadran las cifras que presenta la nueva estrella de la 4T, Hugo López-Gatell.
Un exsecretario de Salud, el doctor Villalobos, que enfrentó la contingencia del AH1N1, ha sido más claro cuando los medios le han requerido su opinión. Para él hacen falta más pruebas de las que se aplican para detectar casos de infección, pero en lo general, aprueba la estrategia.
En toda democracia, la oposición juega un papel relevante en el contrapeso del poder. En México, la oposición, la de los panistas, priistas y perredistas, dejó de ser una opción a la cual se pudiera acudir en estos tiempos. Ellos, que fueron los mandamases en México, están casi borrados del mapa político y en la mente de los electores.
La Letrina
El mexiquense Horacio Duarte tiene enfrente la encomienda más difícil y complicada de su vida profesional. Nombrado por el presidente como titular de la Administración General de Adunas, tendrá dos tareas que se ven harto complicadas: 1. Abatir la corrupción en las aduanas de México. 2. Generar, por concepto de los impuestos que se cobran en esa dependencia, recursos para los programas sociales. Si lo logra, tienen el camino libre para el 2023 en el Estado de México.