La sociedad y el gobierno (vamos a englobar gobierno al federal y los estatales) han tomado medidas para disminuir el riesgo de contagio por el COVID-19. La campaña de Susana Distancia ha sido bien recibida y se aplica en los lugares que se puede mantener el metro y medio de separación entre personas.
Susana Distancia tiene problemas en el Metro, por ejemplo, o en algunas sucursales bancarias y las filas de las cajas de los centros comerciales.
Uno de los efectos perniciosos de la pandemia es el exceso verbal de algunos actores de la vida política de nuestro país.
El caso más lamentable y triste es el que protagonizaron el miércoles el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa y el dueño de México Libre, Felipe Calderón, quien detentó la presidencia de México luego del fraude electoral de 2006.
Una lamentabilísima frase de Barbosa produjo el choque, permítanme decirlo así, entre iguales. El gobernador poblano aseguró que ser pobre significaba inmunidad ante una enfermedad de ricos.
Calderón lanzó una puya en Twitter en contra de Barbosa. Dijo que el gobernador sí entraba en varias categorías de contagio, diabetes y obesidad, y afirmó que el mandatario estatal se asume falsamente como pobre.
El revire de Barbosa fue digno de la disputa entre ambos “todos estamos en riesgo, de contagio del COVID-19, incluyendo los borrachos. Como presidente usted causó más muertes de las que podría provocar el coronavirus”.
Todo el pleito se dio en Twitter, es decir, guardaron Susana Distancia para insultarse. Se mostraron tal cual son. Ninguno tuvo la capacidad de recordar aquella palabra que las abuelas de nuestra generación nos recomendaron siempre. Prudencia.
Ni el poblano, ni tampoco el michoacano, están a la altura que demanda la actual crisis sanitaria y económica.
Calderón pretendía ser el opositor del presidente López Obrador, pero ya se puso en el nivel que tiene, ya no da para más.
El silencio prudente es aconsejable para los políticos hoy. Querer lucrar políticamente con la crisis del COVID-19 los va a llevar al precipicio.
Señores políticos, el silencio es hoy, su bien más preciado. Calladitos no se ven más bonitos, pero sí se los vamos a agradecer.
La Letrina
¿Qué es primero, la salud o la economía? Ahí está el dilema.