NTX / San Cristóbal de las Casas, Chi.- Miles de mujeres harán retumbar este fin de semana la sierra chiapaneca al discutir, analizar y proponer acciones contra la violencia de género que las carcome día tras día.
Reunidas en el Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, convocado por las integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), oriundas de diversos países, estados y etnias, unirán sus voces en una sola, para desnudar ante las presentes la cruda realidad de un tema que no debe ser ignorado.
“Tal vez recuerdas que en el Primer Encuentro hicimos un acuerdo de que tenemos que estar vivas. Pero, pues vemos que sigue la matazón y la desaparición de mujeres. De todas las edades y de todas las condiciones sociales.
“Nos asesinan y nos desaparecen porque somos mujeres. Y, además, todavía nos dicen que es nuestra culpa, que por qué nos vestimos como nos vestimos, que por qué andamos donde andamos, que por qué a tales horas en tales lugares”, se lee en el comunicado emitido por las zapatistas en septiembre pasado.
En el documento, el hartazgo se hace presente en cada una de sus líneas. Las mujeres, las de allá y las de aquí, están cansadas. En los últimos suspiros del 2019, la consigna ya no es otra más que “tenemos que estar vivas”.
Las zapatistas, al igual que millones de mujeres que este año se movilizaron en todo el mundo para hacer valer sus derechos y poner un alto a la violencia, saben que si aquellos que deben generar políticas públicas para protegerlas, no las hacen, todas se encargarán de propiciar acciones que les permitan vivir.
Las luchadoras se congregarán en este evento que se llevará a cabo del 27 al 29 de este mes en el Semillero “Huellas del Caminar de la Comandanta Ramona”, en el Caracol Torbellino de Nuestras Palabras, localizado en la comunidad de Morelia, municipio autónomo 17 de Noviembre.
“El sistema quiere que sólo gritemos de dolor, de desesperación, de angustia, de impotencia.
“Ahora se trata de que gritemos juntas, pero de rabia, de coraje, de indignación. Pero no cada quien por su lado, pedaceadas como nos violan y matan y desaparecen, sino que juntas, aunque cada quien en su tiempo, su lugar y su modo.
“Y de repente, compañera y hermana, qué tal que aprendemos no sólo a gritar de rabia, y también hallamos el modo, el lugar y el tiempo, para gritar un mundo nuevo”, puntualiza el comunicado.