jueves 19 septiembre, 2024
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CEREBRO 40 BÁRBARA LEJTIK COLUMNAS BLOGS

«CEREBRO 40» “Me vale dos pesos”

 

No falta un día en este país sin declaraciones, polémicas, afrontamientos y discusiones.

El deporte nacional que es alegar por y para todo no ha tenido tregua.

No hay nada más difícil que respetar y no juzgar el punto de vista de los demás, el ejercicio del respeto a la opinión ajena es algo de lo que estamos muy lejos de empezar siquiera a entender los mexicanos.

Y es natural pensar diferente, la preferencia religiosa, política o de cualquier índole es algo que tiene que ver con muchas cosas, menos con que tengamos o no la razón, por lo general somos el resultado de un sistema social y educativo, en nuestra historia participaron muchas circunstancias que nos llevaron a ser y pensar, a identificarnos con una u otra causa, a sentirnos cómodos en un lugar y con cierto tipo de ideologías.

Pero hay cosas que son universales, como el respeto a la vida y la integridad de las demás personas.

No faltan razones para que los mexicanos nos afrontemos y saquemos nuestras banderas y expresemos nuestros puntos de vista, y nuestros odios a la menor provocación, no siempre de la mejor manera ni cuidando los modos, si se trata del político o personaje público que no es de nuestro agrado no escatimaremos en ofensas y calificativos despectivos, la mayoría de las veces personajes públicos y anónimos lanzamos la primera piedra sin verificar la veracidad de la noticia y sin pensar quién se beneficia con esto. Pero eso ya no es novedad, como nunca México está polarizado y podremos morir en la raya echándonos la culpa unos a otros de esta rivalidad nacional.

Esto es nuevo, ni inició con este sexenio, me da pena reconocer que desde que recuerdo polemizamos por todo y estoy segura que así seguirá siendo, pongo incluso mi apuesta sobre la mesa, lo que es verdaderamente preocupante es hasta dónde estamos dispuestos a cegarnos y a dividirnos con tal de molestarnos.

Esta semana la piloto Ximena García publicó un comentario en redes sociales, en donde expresaba lo bueno que le parecería la idea de aprovechar la fiesta del 15 de septiembre para lanzar una bomba y exterminar a todos (a todos, niños, mujeres, hombres, familias enteras, que solo estaban celebrando el día de la independencia nacional).

Cuando lo leí me pareció inadmisible, cómo también me parecen imperdonables las expresiones de José Manuel Mireles Velarde y de cualquier político o persona que se refiera a las mujeres de manera despectiva o que como en este caso crea y exprese que deberían desaparecer 130 mil personas de una vez y que esto sería una buena idea, ni como opinión ni como broma es admisible un comentario tan ruin y cobarde.

Pensé que como yo estarían de acuerdo todos quienes se enteraran que esta mujer está muy mal y que debería por lo menos pedir una disculpa pública, si no es que ser cesada de su cargo y les voy a decir por qué, porque a diferencia de mí y de cualquier civil ella tiene un trabajo en el que todos los días es responsable de cientos de vidas, es una piloto comercial que vuela aviones con pasajeros, que al parecer no le resultan iguales y merecedores del mismo respeto dependiendo de su preferencia política.

Eso es gravísimo, pero ahora resulta que no es una persona desequilibrada aislada, que incluso circulan por las redes cualquier cantidad de apoyos a la “libertad de expresión” y que gente la defiende y está de acuerdo con ella.

No es un mal sueño. ¿De verdad somos esto? ¿Somos esta raza horrible que desearía ver muertos en una explosión a quienes no piensan igual y que ensalzan la valentía de la persona que se atreve a manifestarlo?

Hace dos años miles de mexicanos trabajaban hombro con hombro, exponiendo sus vidas, para ayudar a rescatar de entre los escombros a desconocidos que pudieran estar atrapados después del temblor.

Perdón pero que hipócritas somos, que ladinos, que pobres de alma y de espíritu.

Porque se trataba de un escaparate unían sus manos miles de personas para ayudar a quien fuera. ¿Somos estos los mismos que desearíamos que desaparecieran con una bomba miles de personas que festejan un 15 de Septiembre?

No sé si lo notemos, pero así empezaron todos los grandes genocidios y crímenes de lesa humanidad, desde el principio de los tiempos, el odio a la preferencia de la otredad desencadenó siempre en guerras, esclavitud, persecución, holocausto, exterminio, inquisición y demás horrores que hemos cometido en nombre siempre de la propia razón.

Perdón, yo ya no entendí nada.

Disculpen mi desolación y mi profundo enojo, esto es algo que nos hace inferiores a cualquier raza y a cualquier modo de vida que exista en el planeta desde que es planeta.

Lejos de evolucionar retrocedemos y necesitamos de un pequeño empujón para enseñar toda la podredumbre que nos desborda el alma.

Ojalá que no haga caso el universo de nuestros decretos, o tal vez si, estemos a punto de demostrar que somos una prueba error de la naturaleza.

 

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