En los últimos días, el proyecto de la Cuarta Transformación ha sufrido una serie de embates poco entendibles.
Si esos ataques partieran de los “conservadores” serían entendibles, pero no, son de quienes, supuestamente, están aliados con el presidente López Obrador.
¿Cómo se le puede llamar a la propuesta de Charly Valentino, diputado del Congreso de Tabasco por Morena que pide reformas constitucionales para que le presidente de México permanezca seis años más en el cargo? Quien conozca mínimamente al presidente, sabe que él no comulga con la reelección. Entonces ¿por qué dinamitar con ese tipo de propuestas su proyecto?
Recuerdo que, en varios recorridos por los municipios de Veracruz, en 2017, aspirantes a presidentes municipales pedían espacios en MORENA para postularse. Como presidente de MORENA, López Obrador les decía que se dejaran de cosas y que se hicieran a la idea de que la mayoría de candidaturas serían “para mujeres y jóvenes, déjense de machismo”.
Pero resulta que, ahora, un funcionario público, el doctor José Manuel Mireles, subdelegado del ISSSTE en Michoacán le llama “pirujas” a las concubinas de los derechohabientes. No conforme, contó una anécdota en la que un dirigente sindical le pidió que le diera una plaza para una “nalguita”, a cambio de no hacerle una manifestación.
Desde que era Jefe de Gobierno del DF, López Obrador promocionó la participación de las mujeres en política y baste recordar que su gabinete era paritario.
¿Desde dónde se dispara el fuego amigo en contra del presidente López Obrador? Reitero, si fueran los “conservadores” los que se lanzan con la espada desenvainada, sería entendible, pero hay “vulgares ambiciosos” que quiere quedar bien. Por fortuna, en el caso de la reelección el presidente de México ya reiteró que él es maderista y que está en contra de la reelección.
La Letrina. En un comunicado de la CFE se le llama “sicario” al periodista Carlos Loret de Mola. El vocero de la Comisión Federal de Electricidad Luis Bravo Navarro, reclama al periódico Excélsior que uno de sus columnistas, Leo Zuckermann, se “limite a repetir las falaces aseveraciones de un sicario del periodismo, tal cual copy-paste”. El vocero de CFE se refiere al reportaje de Areli Quintero en el que se denuncia, con documentos del Registro Público de la Propiedad que el director de CFE no incluyó propiedades en su declaración patrimonial.
Preocupa que un funcionario público utilice adjetivos como sicario –para Loret- e impoluto, en el caso de Zuckermann. Si el señor Bravo quería ser irónico, falló. En un país en el que se asesina a periodistas por informar y emitir su opinión, el escrito de Bravo se convierte en un ataque a la libre manifestación de las ideas y de expresión.
Cualquier rasguño en contra de Loret o Zuckermann, por menor que sea, tiene autor intelectual: Luis Bravo Navarro.