México.– La Fiscalía de Estados Unidos relacionó a Emiliano Salinas Occelli, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari, como presunto cómplice de Keith Raniere, líder y fundador del grupo Nxivm, el cual se dedicaba al tráfico sexual de mujeres, conspiración para el trabajo forzado y fraude, entre otros delitos.
Documentos y testimonios presentados en el juicio que se celebra en una Corte de Nueva York señalan que Emiliano Salinas junto con su socio Alejandro Betancourt y el empresario inmobiliario de Jalisco, Jack Levy, formaron parte del círculo más íntimo de Raniere, así lo relató Lauren Salzman, hija de la vicepresidenta de Nxivm, Nancy Salzman, quien estaba asociada en México con una empresa de Salinas Occelli.
De esta manera, durante una audiencia el pasado viernes en la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Salzman presentó dos organigramas: uno sobre el círculo íntimo de Raniere, mismo en el que aparece el propio Emiliano Salinas.
En un segundo documento, se involucra a varias mujeres mexicanas, entre quienes se encuentran Rosa Laura Junco, hija del principal directivo de la empresa de medios Grupo Reforma; Loreta Garza, Daniela Padilla, Camila Fernández y Mónica Durán. Ellas, son señaladas como maestras del primer círculo de la organización Dominant Over Submissive (DOS) creado a fines de 2016.
Por su parte, la Fiscal Moira Kim Pemza, afirmó en dos ocasiones que el hijo del expresidente Carlos Salinas es un co-conspirador de Raniere para investigar a los enemigos del grupo en Estados Unidos, incluyendo a desertores de Nxivm, jueces que llevaban casos relacionados con la organización y periodistas que escribieron las primeras denuncias contra el grupo.
Nxivm se autoproclamó como una organización de autoayuda; sin embargo era una secta que esclavizaba mujeres, las marcaba con un cautín ardiente y las obligaba a tener relaciones sexuales. De acuerdo con investigaciones de las autoridades había dos niveles en esa agrupación al servicio de Keith Raniere: el de las esclavas principales, a quienes marcaban cerca de la pelvis con las iniciales K y R (Raniere Master) y el de las esclavas de las esclavas, que llamaban Grandmaster.
Las autoridades federales de Estados Unidos iniciaron la investigación de la organización luego de que The New York Times publicó un artículo a fines de 2017 que detallaba cómo las mujeres tenían que proporcionar secretos personales como “garantía” para unirse a la “hermandad de Raniere.
Con información de medios.