El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Como cada año, esta fecha es propicia para reflexionar sobre las muchas batallas que hemos ganado contra los prejuicios y la discriminación, pese a que aún vivimos en un país profundamente desigual, en el que muchas, por desgracia, no tienen los mismos derechos.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México hay 61.4 millones de mujeres, más de la mitad de la población.
Desafortunadamente, una buena parte carece de un buen salario, se desempeña en puestos de trabajo no competitivos y no se les respetan sus derechos básicos.
Las estadísticas indican que todavía hay un largo camino por recorrer, muchos estereotipos que combatir y espacios que conquistar en una sociedad en la que, según prejuicios de gran parte de la población, las “mujeres buenas” son maternales, abnegadas, discretas y bondadosas; y las “mujeres malas” son chismosas, infieles, celosas e histéricas.
Pero hoy quiero dedicar este espacio a recordar a algunas mexicanas a las que admiramos y que se han convertido en fuente de inspiración.
LEONA VICARIO, LA INDEPENDENTISTA
Durante la Guerra de Independencia, se convirtió en la informante de los insurgentes que buscaban la soberanía de México como país. A esta causa donó todas sus pertenencias y dedicó su vida. Según la historia, tras ser descubierta por el gobierno virreinal, fue apresada en un convento del que escapó disfrazándose de negra. Murió a los 53 y sus restos descansan en la Rotonda de los Mexicanos Ilustres.
SOR JUANA, LA ESCRITORA Y PRIMERA FEMINISTA
Su amor por las letras fue el acto más revolucionario de su vida. A los ocho años escribió sus primeros poemas y le pidió a sus padres que la dejaran vestirse de hombre para poder asistir a la escuela. Voluntariamente se recluyó en un convento para escribir con tranquilidad. Según Octavio Paz, Sor Juana fue la primera feminista de América.
MATILDE MONTOYA, LA PRIMERA MÉDICO
A los 16 años recibió el título de partera, pero esto no le fue suficiente porque su meta era ser doctora. Después de varios intentos para ingresar a la Escuela Nacional de Medicina, y de que muchos detractores le sugerían irse a su casa a realizar quehaceres domésticos, en 1882 logró entrar, gracias al apoyo de Porfirio Díaz. Algunos años después se convirtió en la primera mujer en alcanzar el grado académico de médico en México.
ELVIA CARRILLO PUERTO, LA SUFRAGISTA
Nació en Motul, Yucatán, y dedicó su vida a luchar por la Revolución Mexicana y por la consagración del movimiento feminista. Fue fundadora de muchas organizaciones dedicadas a pelear por la igualdad de la mujer. En 1923, se convirtió en la primera diputada mexicana y desde su curul hizo evidente la necesidad de que las mexicanas se educaran, votaran y tuvieran derecho a la salud. Gran parte de los derechos femeninos que hay en la actualidad se los debemos a ella.
EULALIA GUZMÁN, LA ARQUEÓLOGA
Dicen que estudiaba durante horas hasta caer desmayada. Esta mujer de lentes inmensos se convirtió en figura central de la antropología mexicana, entre otros hechos porque fue una de las especialistas que descubrieron los restos de Cuauhtémoc, el último tlatoani azteca. Fue además una pedagoga destacada que impulsó una enorme campaña de alfabetización en nuestro país.
FRIDA KAHLO, LA ARTISTA
Discapacitada desde los 19 años a causa de un accidente que le dejó graves secuelas, pasó el resto de su existencia superando el dolor a través del arte y de la creación de imágenes luminosas y sorprendes, que ilustran una época en México. A pesar de todos sus amantes, hombres y mujeres, el gran amor de su vida fue Diego Rivera cuya relación inmortalizó en muchos de sus cuadros.
DOLORES DEL RÍO, LA ACTRIZ
Nació en Durango en 1903. Su familia sufrió en carne propia los estragos de la lucha revolucionaria, por lo que desde muy chica se vino a la Ciudad de México. Fue aquí donde mostró interés por los escenarios. A pesar de que siempre quiso ser bailarina, un encuentro fortuito con un productor de Hollywood la llevó por los caminos de la actuación, donde conquistó no sólo el cine sonoro, también a Orson Wells y a Emilio “El Indio” Fernández quien la convirtió en leyenda gracias a su papel de María Candelaria.
A todas ellas, y a ustedes, queridas lectoras, que seguramente hacen historia en su día a día en el hogar, la oficina o la academia, mi estima más alta por ser mujeres que admiramos.
