La comunicación política es una acción constante en el ejercicio del gobierno; comunica, valga la redundancia, las razones de las acciones que se vayan a realizar o da cuenta de lo ya realizado. En ambos casos, para convencer a quienes son sujetos, beneficiarios o afectados de las acciones políticas a fin de convencerlos de que dichas acciones son lo mejor que se pudo haber hecho y ganar su aprobación, preferencia o el menor rechazo posible.
A la par, la comunicación política, cuando está estratégicamente planeada, es decir, alineada con el proyecto político y sus líneas de ejecución, también sirve para enfrentar los argumentos de los adversarios políticos.
Sin embargo, puede no estar tan planeada ni medida estratégicamente y es entonces cuando la comunicación política puede comenzar a actuar en contra de un proyecto político y sus participantes.
La comunicación política me sirve para crear una imagen positiva, reforzar una imagen positiva o cambiar una imagen negativa, esto conduce a la generación de credibilidad que crea confianza y hace legítimos a los políticos y sus proyectos, esta legitimidad se traduce en gobernabilidad, esto es la operatividad política que permite el ejercicio de gobierno.
Andrés Manuel López Obrador construyó una gran comunicación política que, en su aplicación electoral le permitió, junto con otros factores, alcanzar el triunfo en las elecciones que lo convirtieron en presidente para los próximos seis años.
Sin embargo pese a algunos aciertos desde el día de las elecciones, pareciera que AMLO está un poco ciego de poder al comenzar a ejercerlo y comunicarlo, y pretende basar su política de comunicación en las “benditas redes sociales” para sustentar y ejercer sus acciones de gobierno.
Terrible y rápidamente sus hechos y dichos, a través de su tambaleante estrategia de comunicación, están generando una pérdida acelerada y alarmante en su credibilidad e imagen. Cree de manera equivocada que los 30 millones de votos obtenidos le permitirán operar al país.
No sólo comienza a haber grandes sectores de decepcionados o que pasan de creyentes a escépticos y nerviosos, sin contar que cada acción y su forma de comunicarla genera mayor rechazo e incluso más argumentos a sus detractores para cuestionarlo y evidenciarlo.
Paso 1. Viola el principio básico de la comunicación política: no puedes resolver con comunicación lo no resuelto en la realidad.
Enlistamos a continuación las acciones que contradicen que vaya a ser un buen presidente, democrático y honesto, congruente como ha ofrecido:
- El nombramiento de Manuel Barlett en Comisión Federal de Electricidad, Octavio Romero en Pemex o el permiso a través de la bancada de Morena para que Manuel Velasco pudiera ser legislador y gobernador, pese a que lo prohíbe la Constitución.
- La Consulta y la decisión de cancelar el Nuevo Aeropuerto en Texcoco y el proyecto de hacerlo en Santa Lucía, con la participación indirecta del contratista Riobóo a través de Sergio Rubén Samaniego, con las reacciones y consecuencias económicas que han querido negar.
- En el mismo sentido, la contradicción de que se cierra Texcoco para combatir la corrupción, pero se invita a los mismos contratistas a participar actualmente, sin informar dónde estuvo la corrupción y mucho menos castigarla.
- La invitación a su toma de posesión del dictador de Venezuela Nicolás Maduro.
- La intención de prohibir las comisiones bancarias por parte de los legisladores de Morena, que finalmente decidió frenar.
Paso 2. Ofrece cosas que no puedas cumplir.
En estos meses AMLO se dedicó a ofrecer más allá de la campaña, programas asistenciales que no contarán con el sustento operativo en recursos para lograrlo; a la par, todavía no mide el nivel de desempleo que puede generar con los ajustes que quiere realizar en el sector público.
La amnistía y el perdón ofrecidos para pacificar el país encontraron su primer obstáculo en los Foros por la Paz, organizados sin pies ni cabeza, provocando el rechazo de las víctimas que no quieren ni perdón ni olvido y la suspensión de dichos foros, con conclusiones que no tienen ni orden ni sentido.
Paso 3. Enfréntate de lleno con los medios y con el círculo rojo que, aunque no votó por ti, sí influencia y decide a nivel económico, nacional e internacionalmente.
En ese sentido la agresión constante de López Obrador a los periodistas críticos de su actuar, nombrándolos desde fifís hasta amarillistas y corruptos, pasando de su enfrentamiento con Carlos Loret de Mola, al lamentable capítulo con la revista Proceso.
Y calificando a todo aquél que critica su actuar como corrupto, aplicando un típico de “aquí mando yo” en su actuar y en sus decisiones.
Los resultados de esta pérdida acelerada de credibilidad los veremos en las encuestas que, sobre su aprobación, se levanten en los días inmediatos a su toma de posesión. Sabremos cómo ha dilapidado de forma importante y preocupante una parte de su capital político.
Soy crítica de AMLO, pero nadie en sus cinco sentidos pretendería que le vaya mal. Si le va mal, le va mal al país. Por ello, espero que AMLO y su equipo político y de comunicación corrijan el rumbo, porque de lo contrario nos esperan seis años muy difíciles, en donde la Cuarta Transformación podría convertirse en una transformación de cuarta.