La primera consulta impulsada por el Presidente electo da cuenta de tres novedades políticas:
1) Tanto el diagnóstico como las promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador siguen vigentes. Y en el tema del NAIM nada cambió. Entonces descalificó la obra de Texcoco como sinónimo de corrupción y negocio de los saqueadores. La gente le creyó y votó en contra de continuarla.
2) Más allá de los señalamientos de empresarios y sus opositores sobre la legalidad y certeza de la consulta, AMLO cuenta con el respaldo social suficiente para validar sus banderas y descarrilar lo que considera nocivo.
3) El futuro Presidente tiene la última palabra. Sin ningún contrapeso de por medio, en las próximas horas él y sólo él definirá las acciones a seguir sobre Texcoco, Santa Lucía, actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez y lo que se acumule. Esta noche la incertidumbre es compartida hasta por sus más cercanos colaboradores.