Estamos a escasas dos semanas de que los ciudadanos, a través de una consulta, le digamos al gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador si nos inclinamos porque continúe la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco, o damos nuestro aval a su proyecto en la Base Militar de Santa Lucía.
No soy experta en aeronáutica, pero de frente a esa importante decisión he consultado los informes que el Presidente electo subió a la página: lopezobrador.org.mx/2018/10/11/documentos-de-consulta-sobre-aeropuerto/
Además, he leído la opinión de técnicos relacionados con el sector. De este análisis, me quedo con cinco razones por las cuales el NAIM en Texcoco debe despegar:
I. Saturación del AICM
El Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México, ya no da para más. El tráfico de pasajeros ha aumentado anualmente a un ritmo de 10.2 por ciento durante el último lustro.
Según Rodrigo Pérez-Alonso González, director general de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), de continuar esta tendencia, la sobresaturación de operaciones sería insostenible y habría un mayor riesgo de accidentes.
Se estima que el NAIM, en una primera etapa, atienda a entre 68 y 78 millones de pasajeros anuales y hasta 120 millones en su momento más alto, con lo que quedaría satisfecha la creciente demanda de tráfico aéreo.
II. Incompatibilidad de operaciones entre el AICM y Santa Lucía
El Centro para el Desarrollo de Sistemas Avanzados de Aviación de The MITRE Corporation, la institución sin fines de lucro más importante en investigación y desarrollo en ingeniería de sistemas de control de tráfico aéreo de Estados Unidos, entregó al equipo de López Obrador un análisis con siete opciones donde podría ubicarse el nuevo aeropuerto de México
Esas opciones son: la ampliación del actual AICM; el uso del área de rellenos sanitarios cercanos al actual aeropuerto; un área en Texcoco cercana a terrenos de Atenco; construirlo en Hidalgo; edificar un aeropuerto que operara sólo en Santa Lucía; la operación simultánea de esta base militar con el AICM; y el NAIM donde actualmente se construye.
Bernard Lisker, director internacional de Aviación e Ingeniero Principal Senior de MITRE, aseguró que su conclusión es que la mejor opción es continuar la obra en Texcoco, incluso reconociendo problemas: “la tierra no es la mejor, sí tiene sus problemas, pero es viable y es un lugar en el que podrían alcanzar hasta más de un millón de operaciones anuales.
III. Avance del proyecto en marcha
En este sentido, hay un debate. El mandatario electo aseguró que el avance de la obra es del 20 por ciento y no del 35 por ciento como lo habría informado el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM).
Tiene razón en parte: el avance en la construcción es del 20 por ciento, pero en general el proyecto tiene metas cumplidas de hasta 31.5 por ciento si se toma en cuenta el diseño del mismo y las licitaciones.
Además, el vocero de la Presidencia, Eduardo Sánchez, advirtió que la cancelación del proyecto tendría un costo de 120 mil millones de pesos, así como la pérdida de 70 mil puestos de trabajo para fines de este año.
Federico Patiño, director del GACM, informó a su vez que, hasta ahora, ya han sido invertidos 40 mil millones de pesos en la obra, inversión que rondará los 70 mil millones para fines de este año.
Ambos coincidieron en que la suspensión del proyecto acarrearía multas y demandas por daños y perjuicios de las empresas a las que ya se adjudicaron contratos.
IV. El NAIM es autofinanciable
El NAIM no se construye con recursos públicos, sino que es autofinanciable debido a que se está pagando a través de lo que se recauda por la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA) del actual aeropuerto capitalino, por lo que no implica deuda pública.
Según Hacienda, se invertirán 186 mil 123 millones de pesos para la construcción del inmueble.
V. Santa Lucía, inviable
Para los expertos, el proyecto alternativo de Andrés Manuel López Obrador de habilitar la Base Aérea No. 1 de Santa Lucía para que opere simultáneamente con el AICM, es inviable porque no solucionaría la demanda de pasaje a largo plazo. De hecho, advierten que esa opción se saturaría en cinco años.
He ahí cinco razones por las que el NAIM debe despegar.