- Comenzó la 33ª Feria del Elote, en Cocotitlán Estado de México.
- Tamales, helados, esquites, chileatole, elotes asados y hasta pulque curado de elote en singular verbena.
¿Cuál es el verdadero ingrediente del éxito de la Feria del Elote que cada año recibe cerca de 8 mil personas a la semana, en Cocotitlán, Estado de México? En primer lugar su oferta gastronómica, aunque también destacan los programas artísticos, culturales y deportivos.
En la edición de este año, la número 33, la cual comenzó el pasado 11 de agosto y podrá visitarse hasta el 9 de septiembre gratuitamente, Javier Carrera, presidente del Patronato que da vida a este festejo, asegura que participan en éste más de 100 productores de elote, cultivado con el mejor maíz del país, dice enfático, con una voz un poco tímida pero una mirada profunda y expresiva.
Sencillo y cordial, Carrera nos invita a recorrer la explanada de la alcaldía que alojará la fiesta durante cinco sábados y domingos. Si la publicidad de la feria parece excesiva por lo apetitoso de lo que anuncia, mirar y probar algunos antojitos y platillos preparados con elote, como esquites, chileatole, tamales, tartas, helados, paletas, dulces, elotes asados y hasta pulque curado de elote, parece llevarlo a uno al nirvana de las delicias.
Un terso universo donde el panorama de los buenos sabores se cumple a rajatabla. “Del campo a la cazuela y de la cazuela al paladar”, pregona doña Elizabeth Márquez, a manera de invitación, integrante del patronato y expositora, quien de pasadita escucha la conversación, no sin antes acomodarse el delantal y el ánimo.
Son poco más de las 3 de la tarde y los visitantes abarrotan los puestos en la explanada de Cocotitlán. Es apenas el segundo sábado de la feria y reina un ambiente de verdadero festejo acicalado por el programa musical de jóvenes artistas. Los muchachos de Mega Mix Radio se esmeran por trasmitir, a lo largo y ancho del Edomex, el certamen con pulcritud de clérigo; todo ello enmarcado por una tarde y cielo cocotlenses limpios en extremo.
Sea como fuere la historia de la Feria del Elote ha sido todo un éxito en sus 33 años de vida, entre otras razones, por ser ya una costumbre, por la cantidad de visitantes que crece en cada versión y por los atractivos paralelos a la organización de ésta bien aprovechados por sus invitados.
Tal es el caso de la parroquia de la Inmaculada Concepción, ubicada en la cabecera de Cocotitlán, del náhuatl “lugar de tórtolas”. Hubo contubernio entre los dioses nahuas y tuvieron el buen gusto de ponerle a la entidad nombre de poema, del amor mismo; ya que en el escudo del pueblo se vean dos de estas aves, una frente a otra, como una pareja de enamorados, según el dicho popular: como dos “tortolitos”.
En lo alto del cerro del municipio los visitantes pueden encontrar, también, la Capilla de la Virgen de Guadalupe, conocida por los lugareños como “El Calvario”. Anexo a la capilla, se puede apreciar lo mismo que un sitio arqueológico con grabados rupestres, que una vista impresionante de toda la Cuenca de México y los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl,
Reflexivo don Javier Carrera continúa la charla para enfatizar que hace más de tres décadas un grupo de campesino y el cura Carlos Valdés fueron quienes iniciaron el festejo. Fue una inquietud porque se pudiera vender el elote directamente sin intermediarios, para que los campesinos tuvieran una mejor remuneración, explica.
Y está convencido de que el esfuerzo ha valido la pena. El reconocimiento ganado no solamente es nacional, sino incluso internacional. Por otro lado, en 33 años no se ha tenido escases de lluvia y, por lo mismo, falta de elote, comenta y añade que las tierras de la zona son muy generosas, ricas en minerales y de temporal, de ahí que se cultive elote criollo, puro; nunca trasgénico.