NTX / Buenos Aires. Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron hoy que lograron encontrar al nieto 128 de los alrededor de 500 que comenzaron a buscar durante la última dictadura militar (1976-1983).
La presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, encabezó la conferencia de prensa en la que se contó la historia de Marcos Eduardo Ramos, un hombre de 42 años que ya se reencontró con su verdadera familia.
El nuevo nieto recuperado es hijo de Ismael Amado Suleiman y Rosario del Carmen Ramos, una militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores que en noviembre de 1976 fue secuestrada y después desaparecida por los represores en la norteña provincia de Tucumán.
Los militares se llevaron a una casa de campo a dos de los hijos de Ramos, Marcos, de apenas cuatro meses, y a Ismael, quien logró escapar pero sin poder llevarse a su hermano.
Desde entonces no supo nada más de él y comenzó una búsqueda que tardó más de cuatro décadas, hasta que esta semana los análisis genéticos demostraron que, por fin, lo había encontrado.
Durante la conferencia de prensa, Camilo Ramos, otro de los hermanos del nieto recuperado, explicó que este día representa “la restitución del amor no vivido hace 42 años”.
De Carloto, por su parte, explicó que a pesar de que ya quedan pocas Abuelas, cuentan con “un equipo incansable de jóvenes que nos ayuda a seguir caminando, mientras tengamos vida seguiremos buscando a los centenares de nietos que aún faltan”.
La larga pelea de las Abuelas comenzó en 1976, cuando en plena dictadura militar varias mujeres se organizaron para buscar a sus nietos nacidos en las cárceles clandestinas o robados siendo bebés.
En las charlas que mantenían en comisarías y despachos de funcionarios, estas mujeres descubrieron que compartían la historia de hijas que habían sido capturadas pese a estar embarazadas, que habían parido durante su secuestro o a quienes les habían quitado a sus hijos.
En un rasgo macabro que caracterizó a la última dictadura argentina, las jóvenes eran asesinadas y sus hijos adoptados de manera ilegal por los propios represores o entregados a otras familias que desconocían su procedencia.
Los represores justificaron los robos de alrededor de 500 bebés con el argumento de que si los devolvían a sus verdaderas familias se convertirían en revolucionarios o “enemigos del régimen”, como consideraban a sus padres.
Sin embargo, gracias a Abuelas de Plaza de Mayo, 128 nietos y nietas ya recuperaron su verdadera identidad y se han sumado a la búsqueda de los cientos que todavía son esperados por sus verdaderas familias.