La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales en su artículo 218 establece el qué y cómo de los debates para las candidaturas presidenciales y locales en los distintos cargos a elegir.
En ese precepto se establecen las reglas para los dos debates obligatorios (que en este proceso el INE autorizó tres) y para aquellos que decidan organizar los medios de comunicación.
Lo anterior, son como ya mencioné, las reglas formales y legales, sin embargo, el verdadero debate ha sucedido en el transcurso de la semana previa a su desarrollo.
Un vocero de la candidatura del Frente compuesto por el PAN, PRD y MC, habló de las posibilidades de “buscarse” con el PRI.
El candidato “ciudadano” del último partido político referido, que se encuentra sin subir sus porcentajes en las encuestas ha optado en la última semana previa al debate, en buscar a sus “amigos”, aquellos que de una u otra forma pareciera obtuvieron beneficios cuando aquel estuvo al frente de las Secretarías de Hacienda, Energía y Desarrollo Social.
Entre los amigos del candidato del PRI, se encuentra a un “independiente” que quiso poner en jaque al INE con la verificación de sus firmas. También el gobernador de Michoacán que un día antes de llevarse a cabo el debate, el país y su estado se enteran que apoya a un partido distinto al que lo llevó a ganar en las urnas en 2015. Es curioso ver que el pre debate se sitúa en la opinión pública con todos estos acontecimientos en su ideario. La discusión entonces se ha centrado en que la ciudadanía esté a la espera del cumplimiento de “la profecía” (PRI, PAN y PRD juntos).
Se debe esperar entonces al post debate para entender la lógica de las últimas decisiones de cada uno de los bunkers de campaña, habrá que escuchar cómo descalifican unos y otros las respectivas alianzas electorales, legales o de facto.
Lo cierto es que, a la mitad de todo ese entramado electoral nos encontramos todos nosotros, en quienes radica la última decisión, la que contará, voto tras voto, porque eso somos ahora, ese número de votantes por el que aspiran cada una de las candidaturas.
Y de ahí la gran reflexión: si los electores somos lo más importante, ¿porqué no nos cuidan? Sí, porque no cuidan lo que nos muestran. Nos han hecho creer que son opciones distintas, que los objetivos son sacar al país adelante, que su ideología y propuestas son diferentes. La realidad es que hoy los vemos a todos revueltos, y no precisamente nos muestran un bello arcoíris, la mezcla de colores no es agradable, los desdibuja y a la vez diluye la esperanza de algo mejor.
El pre debate ha servido para que veamos los verdaderos rostros de los aspirantes a gobernar este país, lamentablemente a alguien le terminarán dando la razón de esta situación, y lo peligroso es que los ciudadanos estamos en medio, los electores. A los que nos ven en conjunto como la lista nominal: para ellos un simple número de votantes.
Este pre debate, en la última semana antes del primer debate muestra que algunos están dispuestos a todo, a lo que sea por mantener ese espacio de privilegios del que no somos participes la gran mayoría de los mexicanos.
Nos queda entonces esperar, a ver si hay propuestas la noche de este domingo 22 de abril, aunque posiblemente nos quedemos solo viendo descalificaciones y las mismas promesas de hace ya varios años.
@SandraVivanco13