La equidad de género en la política mexicana está lejos de ser una realidad. Y para muestra, el actual proceso electoral.
De las nueve gubernaturas en disputa este 2018, sólo en siete están postuladas mujeres y exclusivamente en dos hay posibilidades reales de que alguna se alce con el triunfo: la Ciudad de México (CDMX) y Puebla.
De los nueve casos, en siete hay sólo una candidata aspirando al Ejecutivo local. La capital del país es la única entidad donde cinco féminas compiten por la Jefatura de Gobierno.
Revisemos caso por caso. En la CDMX, hay siete candidatas y candidatos a gobernarla. De ellos, cinco son mujeres: Claudia Sheinbaum por la coalición Juntos haremos historia (Morena-PT-PES); Alejandra Barrales por la coalición Por la Ciudad de México al Frente (PRD-PAN-Movimiento Ciudadano); Purificación Carpinteyro por el Partido Nueva Alianza; Mariana Boy Tamborrel por el PVEM, y Lorena Osornio Elizondo, independiente. Los otros dos contendientes son Mikel Arriola (PRI) y Marco Rascón (Partido Humanista).
La contienda está entre Sheinbaum Pardo y Barrales Magdaleno, y es casi un hecho que los capitalinos seremos gobernados por alguna de ellas a partir de diciembre de este año y hasta 2024… a menos de que ocurra un milagro (o una catástrofe, según se mire) y el priismo recupere este importante bastión electoral.
Claudia Sheinbaum es profesora de la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores; sin embargo, tiene varios pendientes: se la acusa de haber recibido 333 mil pesos sin haber trabajado en el Conacyt; además de que, como secretaria del Medio Ambiente en la administración de Andrés Manuel López Obrador, es responsable de la opacidad en el costo de los segundos pisos.
Y como ex delegada en Tlalpan, no ha sabido deslindar su responsabilidad en la muerte de 19 menores y siete adultos durante el sismo del pasado 19 de septiembre debido a las irregularidades en las licencias de construcción.
Alejandra Barrales fue lideresa de los sobrecargos, diputada local y federal, senadora, presidenta nacional del PRD y secretaria de Turismo y Educación en el gobierno de la CDMX, así como de desarrollo social en Michoacán.
En marzo de 2017 se dio a conocer a través de un reportaje que es propietaria de un departamento valuado en casi 15 millones de pesos en un complejo inmobiliario junto al mar en Sunny Isles Beach, inmueble que no declaró en la plataforma del IMCO 3de3; además de que tiene una casa valuada en 13.3 millones de pesos en las Lomas de Chapultepec.
A lo largo de la campaña, seguramente saldrán a relucir estas informaciones para afectarlas en sus aspiraciones. Veremos cuáles serán los resultados.
La otra entidad donde una mujer tiene posibilidades reales de alcanzar la gubernatura es Puebla en la persona de Martha Érika Alonso, abanderada de la coalición Por Puebla al Frente, y para más señas, esposa del ex gobernador Rafael Moreno Valle.
Ella se enfrenta a Miguel Barbosa (coalición Juntos haremos historia); Enrique Doger (PRI); Michel Chaín (PVEM) y José Alejandro Romero (Panal).
Según las últimas encuestas, Alonso Hidalgo tiene un 32.96 por ciento de las intenciones del voto, frente a un 29.45 por ciento de Barbosa Huerta. El principal obstáculo que deberá enfrentar para alzarse con el triunfo este 1 de julio es deslindarse de su marido y de los escándalos que lo rodean como un presunto financiamiento ilegal a su campaña por parte del ex Tesorero de Quintana Roo, Juan Melquiades Vergara, acusado de lavado de dinero por 50 millones de pesos.
Las otras entidades donde mujeres aspiran a la gubernatura son Veracruz, Jalisco y Guanajuato con candidatas de Nueva Alianza (Miriam Judith González Sheridan, Martha Rosa Araiza Soltero y María Bertha Solórzano Lujano, respectivamente); Tabasco, con la priista Georgina Trujillo Zentella, y Morelos con Nadia Luz Lara del Partido Verde.
A nivel Presidencia de la República, como todos sabemos, la única mujer que aspira al cargo es Margarita Zavala por la vía independiente, mientras que las candidaturas a los legislativos federal y locales deberán regirse por el principio de equidad de género, es decir, las fórmulas deberán ser paritarias bajo la fórmula 50/50.
Pese a todo, lejos estamos de poder presumir igualdad en la representación política de la mujer en México y su presencia sigue siendo sólo un vago aroma.