El de ayer es el primer discurso que le escucho a Enrique Peña Nieto en el que lo veo asumir plenamente el cargo que desempeña.
No lo escuché así cuando fue presidente del Congreso mexiquense.
Nunca pronunció un discurso tan sentido como gobernador del Estado de México.
Tuvieron que pasar más de cinco años para verle bien puesta la Banda Presidencial. Qué pena que le encontró el ajuste perfecto cuando se tiene que preparar para entregarla.
Por primera vez me provocó emoción al escuchar a Enrique Peña Nieto, presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Por primera vez le reconozco algo al presidente Peña cuando le dice a Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de América, “si sus recientes declaraciones derivan de una frustración por asuntos de política interna, de sus leyes o de su Congreso, diríjase a ellos, no a los mexicanos. No vamos a permitir que la retórica negativa defina nuestras acciones. Sólo actuaremos en el mejor interés de los mexicanos”.
Lamento que esto se dé a unos meses de que concluya el sexenio.
También fue grato que en el discurso del presidente estuvieran quienes aspiran a sucederlo. Estuvieron presentes Ricardo Anaya, José Antonio Meade, Andrés Manuel López Obrador y Margarita Zavala. A los cuatro, Peña Nieto les reconoció su postura ante la agresiva e impúdica actitud hacia México.
Puntual, Enrique Peña le dijo a su contraparte norteamericana que si algo une a los mexicanos es su dignidad ante un ataque desde el extranjero, tan directo y obsceno, como el del presidente Trump.
En medio de un ambiente de lucha electoral, aquí y allá, Peña Nieto le dio lustre a la investidura. Pero reitero, demasiado tarde, muy tarde.
Si Enrique Peña Nieto hubiera reconocido la pluralidad de la Nación y no solo a sus aliados en el Pacto por México, sus Reformas habrían tenido otro destino.
Si Peña Nieto se hubiera comportado como lo hizo ayer, Trump nunca habría sido recibido como Jefe de Estado cuando solo era un candidato.
Trump, su muro y su anuncio de militarizar la frontera causó una reacción en México que provocó que Peña Nieto se manifestara de la forma en que lo hizo.
Presidente Peña, muy buen discurso, bien leído, excelentemente explicada la postura del Jefe del Estado Mexicano ante las acciones ofensivas del mandatario de nuestros vecinos del norte.
Hoy si debo reconocer que lo bueno también cuenta, como dice Peña, lamento que sea la única ocasión en los 2 mil 190 días que dura un sexenio.
La Letrina. Presidente, un consejo: a la persona que escribió su discurso de ayer, hay que jubilarlo ya y otórguele un bono pues, con las letras que ayer pronunció, tuvo usted el momento más brillante no solo de su presidencia, sino de toda su carrera política.
