El 1 de abril Juan Pardinas publicó un artículo titulado Los próximos 90 días. Sin embargo, no trata del tema de las campañas presidenciales, sino de tres símiles de lo que está pasando y de lo que puede pasar con López Obrador. El primero, con lo que le sucedió a la Ciudad de México desde 1997, es decir, el predominio de la izquierda. La clave de estas victorias electorales fue la capacidad, del mismo López Obrador, de “capturar y multiplicar las redes clientelistas del PRI”.
La segunda comparación. El movimiento de López Obrador se parece a la fundación del PRI. Aglutina a personajes con ideas contradictorias; la campaña presidencial de Morena da la idea de que “todos caben”, lo mismo el clero y los empresarios que los guerrilleros y los profesores de la CNTE. De esta idea deriva también su fuerza simbólica: mimetiza su movimiento con la nación mexicana, así como el PRI logró mimetizarse con la idea misma de México. Sin embargo, Pardinas considera que López Obrador va más allá: ha logrado mimetizarse con la superioridad moral, lo cual le permite decir que quién está en su contra, está mal. Esto, son “malas noticias para el pluralismo político”.
El tercer símil es tan extraño que vale la pena citarlo textualmente: “¿Qué le pasa a una democracia débil cuando llega al poder un experto en cavar trincheras al interior de la sociedad? Salgamos del lugar común latinoamericano y pongamos la mirada en países como Hungría, Polonia o Turquía. La perspectiva no es alentadora”.
Veamos con cuidado las tres comparaciones. La primera, produce un escenario contradictorio. Dice Pardinas: “Gane o pierda Andrés Manuel López Obrador es probable que Morena quede como la primera fuerza electoral del país”. Se puede en México, ¿perder la presidencia y ser la principal fuerza del país? Además, en 2018 no están en juego ni una tercera parte de las gubernaturas, ni tampoco parece probable que ningún partido logre mayoría en ninguna de las cámaras. ¿por qué entonces se convertirá Morena en la principal fuerza del país? Recordemos que en nuestro país no son extrañas las coaliciones de “Todos contra…”.
Supongamos lo contrario, que López Obrador gane la presidencia. De todos modos, Morena no sería una fuerza completamente dominante; sí, será un partido poderoso, pero hay otros que también lo son y lo serán. Además, sin personajes polémicos como Ricardo Anaya, los diputados y senadores del PAN, lograrían acuerdos con el PRI. También es probable que, las campañas y la elección de la Ciudad de México agraven el distanciamiento entre el PRD y Morena. En este escenario PAN, PRI, PRD, MC, PANAL y PVEM se unificarán frente a quien considerarán el “enemigo común”. Así, la polarización del país, tan temida por quienes critican a López Obrador, será también obra de sus opositores.
La segunda comparación tampoco parece muy pertinente. De hecho, la génesis del PRI fue el aglutinamiento de cientos y cientos de partidos regionales, partidos gremiales, diminutos, pequeños y medianos. Las enormes maquinarias de recursos económicos y humanos en que se convirtieron los principales partidos mexicanos desde finales del siglo XX no existían cuando el PRI se fundó. Por otra parte, ¿qué puede significar que Morena se mimetice con la idea de la nación mexicana en el siglo XXI? Sin duda algo muy diferente a lo que significó el nacionalismo derivado de la Revolución Mexicana que aglutinó a millones de mexicanos en el PRI.
Respecto al peligro que Pardinas deriva de esta comparación, la mimetización de López Obrador con la superioridad moral, es un peligro que debería pensarse en dos sentidos. Si bien la autoproclamada superioridad moral de AMLO lo vuelve una “amenaza a la diversidad política”, también la repulsión que López Obrador produce a las otras fuerzas políticas contribuye a esa amenaza.
Más aún, a Pardinas le faltó mencionar otra mimetización de López Obrador, ésta, más significativa en términos políticos y que, hasta cierto punto, matiza la idea de que López Obrador es una amenaza al stablishment. Me refiero a su mimetización con la clase política. Si bien, en la propaganda no deja de venderse como un santón, en la realidad, y sobre todo con sus alianzas, AMLO da muestras de que no se propone desestabilizar al país, sino mantener grandes porciones del sistema, aún con sus vicios.
La tercera comparación. En su búsqueda por comentarios sesudos que lo hagan “diferente” de otros intelectuales, Pardinas compara a AMLO con los líderes de Hungría, Polonia y Turquía. Sin embargo, nosotros no somos vecinos ni de Rusia ni de Alemania, ni estamos situados en el Medio Oriente; tampoco tenemos ínfulas expansionistas. Solamente piénsese en los conflictos internacionales en los que ha estado envuelto Turquía y en el movimiento anti-soviético en Hungría y Polonia. ¿Qué experiencias comparables a éstas pueden equipararse con la historia de México?
En realidad, el ejercicio de Pardinas es uno más entre los muchos intentos por armar el rompecabezas López Obrador y su posible gobierno. Los académicos y los intelectuales siguen sin poder armarlo. Sus detractores lo comparan con Echeverría, Chávez, Trump… y ahora con Recep Tayyip Erdogan, Adrzej Duda o Janos Ader; sus admiradores lo ven como el nuevo Juárez, el nuevo Cárdenas… un revival de Ruiz Cortines o incluso… el Nelson Mandela mexicano.
No creo que estas comparaciones nos digan mucho. Ni por el personaje ni por las condiciones específicas de México y el mundo. A quienes queremos comprender lo que está sucediendo en nuestro país no nos queda otra opción que seguir estudiando a los candidatos, enfocándonos en lo que son ellos y sus aliados, no en lo que creemos que podrían llegar a ser al llegar al poder.
Jorge Federico Márquez Muñoz. Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Doctor en Ciencia Política, ganador del Reconocimiento Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos en el área de Docencia en Ciencias Sociales. (2012) y es autor, entre otros, de los libros: Envidia y Política en la Antigua Grecia, Más allá del Homo Oeconomicus y las Claves de la Gobernabilidad.