El 7 de marzo Mark Weisbrot publicó en el blog del NYRB un artículo que vale la pena comentar, porque en buena medida se trata de una revista que influye en la percepción de la intelectualidad norteamericana.
El título ya nos deja ver parte importante de la opinión del autor: “Las amenazas. Reales e imaginarias de la elección en México”.
Weisbrot se concentra en un análisis del sistema político y económico durante las últimas décadas. El diagnóstico no puede ser más simple: todo está mal. Y esto es, según él, lo que explica porque López Obrador está al frente en las encuestas.
Para Weisbrot, las amenazas, reales o imaginarias son las que se desprenden del triunfo del candidato de MORENA. Un análisis de este tipo da por supuesto que López Obrador ganará. Coloca el debate en el marco de una especulación. De hecho, no tiene mucho sentido especular en qué condiciones estaremos en el momento 4 -el día después de la elección-, cuando vivimos en el momento 1 -el final de las pre-campañas-.
¿Por qué tiene poco sentido? Porque el momento 4, supongamos, la victoria del candidato de MORENA, en realidad tendrá lugar en un contexto específico, en donde el momento 3 pesará más que el momento 2 y éste más que el 1.
Pensemos en cómo suelen desarrollarse las campañas. En el momento 1 los políticos hacen determinadas alianzas, pero en el 2 hay un realineamiento de acuerdo con cuáles son los candidatos mejor calificados. Esto modifica las fuerzas y las opiniones y en el momento 3 esto vuelve a cambiar. Así, al llegar al momento 4, el equipo que acompaña al candidato suele ser muy distinto al que comenzó la campaña. Por lo tanto, la repartición del pastel de la administración vuelve a reacomodarse. Este es justamente el motivo por el cual la mayoría de los candidatos no hace público cuál será su futuro gabinete. Ofrecer cargos antes de tiempo limita las futuras alianzas de los candidatos.
Hace unos meses López Obrador hizo lo contrario al hacer público cuál será su gabinete en caso de ganar. Con esto envío señales al electorado, a la clase política y a la elite económica. Por un lado, quiso mostrar que contará con un equipo “equilibrado”. La izquierda radical no será dominante.
Por otra parte, justamente al hablar de su gabinete, logró que una parte del electorado lo viera como el “ya ganador” de los próximos comicios. Cada vez que se debate sobre si Moctezuma será un buen o un mal secretario de educación; sobre si Vasconcelos será uno de los mejores cancilleres o si será sólo uno más… En fin, cada vez que se discute sobre los secretarios de estado de López Obrador se da por descontado que llegará a la Presidencia.
En resumen, el morenista se presenta a sí mismo como el candidato de centro-izquierda y el candidato fuerte. Estos dos puntos resumen también el argumento de Weisbrot. Según él, los mexicanos pensamos que el candidato de MORENA encarna la verdadera transición democrática, porque la del año 2000, cuando el PAN ganó la presidencia, no significó un cambio verdadero, dado que el modelo vicioso de corrupción, desigualdad y neoliberalismo, se mantuvo.
Para Weisbrot el riesgo de López Obrador no está en López Obrador, sino en cómo va a reaccionar Trump si el morenista gana. Es decir, para el economista y columnista norteamericano, el candidato de la izquierda no hace sino ofrecer soluciones a los mexicanos, ningún problema. El único problema será entonces que Trump no comprenda el modelo “socialdemócrata” de MORENA y lo confunda con un comunista.
Los inversionistas norteamericanos también podrían equivocarse y pensar lo mismo, nos dice Weisbrot. Por eso, su artículo es importante. Para que los millonarios de Wall Street, los estrategas de las grandes corporaciones y la clase política norteamericana entienda que López Obrador no es una amenaza. ¡Vaya tarea! ¿Lo leerá Jared Kushner y lo convencerá de que Videgaray se equivoca de candidato? Quizás no, pero dada la importancia de Weisbrot quizás muchos en Wall Street y en el Congreso si lo leerán. Pero, de nueva cuenta, ¿los convencerá?
Para Weisbrot la verdadera amenaza para México sería que ganara la elección o la coalición liderada por el PRI o aquella liderada por el PAN. Sin embargo, para llegar a esta conclusión hace una interpretación de la historia política y económica de México que ni López Obrador comparte. Por ejemplo, habla del desastre de la economía mexicana derivado del TLCAN. El candidato de MORENA ha dicho, por el contrario, que “convencerá” a Donald Trump lo mucho que nos conviene a los dos países tener dicho acuerdo.
Finalmente, la frase central del texto de Weisbrot es la siguiente: “los otros partidos parecen estar reforzando la caracterización que (López Obrador) hace de ellos, en tanto se mezclan juntos sin importar la disparidad de sus ideologías”.
Cualquiera que esté atento a las campañas en México sabe que este saco le ajusta bien a todos los candidatos. También sabe que todos los candidatos acusan a sus rivales exactamente de lo mismo, de buscar el poder por el poder y el dinero.
Jorge Federico Márquez Muñoz. Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Doctor en Ciencia Política, ganador del Reconocimiento Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos en el área de Docencia en Ciencias Sociales. (2012) y es autor, entre otros, de los libros: Envidia y Política en la Antigua Grecia, Más allá del Homo Oeconomicus y las Claves de la Gobernabilidad.
