Pocas, pero las hay. En los equipos de campaña de los candidatos a la Presidencia de la República hay la presencia de mujeres, muchas de ellas notables. Sin embargo, nos quedan a deber en materia de igualdad.
El pasado 26 de febrero, el candidato de la coalición Todos por México (PRI-PVEM-Panal), José Antonio Meade, dio a conocer a los integrantes de su equipo de trabajo. De 37 integrantes, sólo ocho son mujeres. Sí, sólo ocho; es decir, el 21.6 por ciento.
Tres de ellas pertenecen al “primer círculo” por las responsabilidades que tienen: Vanessa Rubio (subsecretaria para América Latina y el Caribe en la Cancillería y subsecretaria de Hacienda) es la Coordinadora de la Oficina del Candidato; Alejandra Sota (coordinadora de Comunicación Social y vocera del presidente Felipe Calderón) está a cargo de la Estrategia de Comunicación), y Alejandra Lagunes (coordinadora Nacional de la Estrategia Digital del gobierno de Enrique Peña Nieto) desempeña las mismas actividades ahora con Meade Kuribreña.
Completan la lista Ivonne Álvarez (senadora con licencia por Nuevo León) es la coordinadora de Inclusión y Equidad; Claudia Ruiz Massieu (ex secretaria de Relaciones Exteriores) es la Coordinadora de Migrantes; Adriana Ortiz Lanz (diputada federal por Campeche) es la Coordinadora de Educación; Mariana Benítez (ex subprocuradora Jurídica y de Asuntos Internacionales de la PGR) es la representante ante el INE; y Ana Lilia Herrera (senadora) es la Coordinadora de Estrategia y Debate.
En el círculo cercano de Ricardo Anaya, abanderado de la coalición Por México al Frente, no hay presencia femenina. Lo rodean el diputado Fernando Rodríguez Doval; los coordinadores parlamentarios, Marko Cortés (Cámara de Diputados) y Fernando Herrera (Senado), así como el líder nacional del partido, Damián Zepeda.
La ex jefa delegacional en Tlalpan, Xóchitl Gálvez, y las senadoras Martha Tagle y Mariana Gómez del Campo, aspiran a ocupar una curul y lo respaldan, pero no son parte de la “burbuja” donde se toman las decisiones.
La coordinadora General de la campaña de Andrés Manuel López Obrador es la ex panista Tatiana Clouthier, hija del frustrado candidato presidencial, Manuel Clouthier. De las cinco circunscripciones en los que está dividido el país, sólo una es coordinada por una mujer, Bertha Elena Luján.
Y del gabinete que lo acompañaría en caso de ganar la elección de este 1º de julio, la mitad (8) son mujeres: Olga Sánchez Cordero sería la secretaria de Gobernación; Graciela Márquez Colín estaría en Economía; Rocío Nahle en Energía; Luisa María Alcalde en Trabajo y Previsión Social; Alejandra Frausto Guerrero en Cultura; Josefa González Blanco Ortiz Mena en la Secretaría del Medio Ambiente; Irma Eréndira Sandoval en Función Pública; y María Luisa Albores González en Desarrollo Social.
Si bien es muy temprano para hacer una evaluación del papel que las mujeres juegan en la campaña y que jugarán en el Congreso y en el futuro gobierno, lo cierto es que su presencia es muy inferior y confirma una tendencia que comprueba que nuestra democracia, además de incipiente, es machista.
Las cifras no mienten. En el Senado, por ejemplo, la desproporción entre hombres y mujeres es histórica. La LVIII Legislatura que concluirá con las elecciones de este año, está conformada por 86 hombres y 42 mujeres. La que estuvo vigente de 2006-2012 tuvo 106 senadores y 22 senadoras. Mientras que en la Legislatura anterior, de 2000 a 2006, hubo 108 hombres y 20 mujeres.
En la historia del país, sólo cinco mujeres han competido para llegar a la Residencia Oficial de Los Pinos: Rosario Ibarra de Piedra (1982, Partido Revolucionario de los Trabajadores); en 1994 hubo dos competidoras: Cecilia Soto González (PT) y Marcela Lombardo Otero (PPS).
En 2006, Patricia Mercado fue la candidata del Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina; y por último, Josefina Vázquez Mota abanderó al PAN en 2012. Si en el INE valida las firmas de apoyo, Margarita Zavala será la sexta y competirá este año por la vía independiente.
Pero algo que no debemos dejar pasar por alto es que no se trata sólo de números sino de la calidad de los cargos que desempeñan. En el estudio de la CNDH titulado Estudio sobre la igualdad de mujeres y hombres en materia de puestos y salarios en la administración pública federal 2017, se concluye que en las dependencias del gobierno federal son los hombres quienes toman las decisiones y toca a las mujeres, en buena medida, únicamente ejecutarlas.
Aun cuando 53.3 por ciento de los empleados federales son mujeres, éstas ocupan los puestos de menor nivel, pues sólo 36.4 por ciento está en mandos medios o altos y 22 por ciento en direcciones generales. Lo peor es que aun cuando desempeñen el mismo cargo, el salario promedio que recibió el total de mujeres en puestos de mando es 17.5 por ciento menos que los hombres.
Ojalá que el Día Internacional de la Mujer que se celebra este 8 de marzo sea momento para que quienes gobernarán este país, y la sociedad en su conjunto, revaloremos la aportación que hace este sector de la población a la vida nacional. Y que alcancemos la meta de ser más generalas que tropa.