Solía ser una persona muy apática para todo lo que consideraba trucos de mercadotecnia, influencia gringa y trampas del consumismo.
Algo nos define a los mexicanos y es sin duda nuestro carácter festivo, nuestro gusto por festejar. Celebramos todo, el nacimiento y la muerte, los cumpleaños, los compromisos, los reencuentros, los triunfos y también las derrotas, ahí andamos siendo los primeros en poner el árbolito de navidad, en llenar los estadios y luego ir a festejar al ángel como si hubiéramos ganado la copa interestelar en vez de un partido amistoso.
Buscamos pretextos que nos unan, para crear lazos de por vida, nos hacemos compadres, socios, colegas, tocayos… el título es lo de menos, lo que a los mexicanos nos gusta es sentir identidad, no somos ni remotamente una cultura fría y distante, todo lo contrario, momentos nos faltan para invitar amigos a la casa, para citarnos en un café, para brindar por cualquier ocasión que signifique alegría, pero también para ser solidarios y empáticos en los momentos de tristeza.
Cuando yo era adolescente, en mi amado Querétaro disfrutaba muchísimo el 14 de febrero, las amigas nos regalábamos cartitas, en el colegio vendían rosas y jamás voy a olvidar el año me llegó una de parte de mi primer amor.
Igual que entonces los comercios se llenan de globos, chocolates, tarjetas, horneamos galletas, mandamos cartitas y a mí eso no me parece mal, no es que sólo este día nos acordemos de nuestros amigos y seres queridos, es simplemente que a veces nos gusta tener el pretexto para demostrar nuestro cariño; Desde que participo en la vida laboral soy consciente de lo difícil que es ganar dinero, de lo bueno que resulta un día como este para todos los que tenemos negocios o para quienes venden artículos y servicios.
¿Qué tanto puede afectar la economía el ir a comprar un helado o regalar un detalle a alguien? Los negocios se benefician, la gente que trabaja en restaurantes gana más propinas, los vendedores ambulantes consiguen un incremento en sus ventas, hasta los músicos y artistas callejeros obtienen un merecido ingreso extra.
¿De verdad nos gustaría vivir en una sociedad indiferente y fría? Hemos sido muy lastimados en este último año, sin merecerlo nos han hecho sentir como vecinos indeseables y molestos. ¿Qué nos quita ser amables entre nosotros mismos? Todos los días, claro, no sólo el 14 de febrero, pero igual que el día de la madre, que el 16 de septiembre es bonito recordar que la amistad nos identifica y hace mejores seres y que el amor en todas sus representaciones nos devuelve la capacidad de ser humanos y ser parte de algo bueno, llámelo cada quien como lo quiera llamar.
Cada quien sus corazones y gustos, cada quien aprovecha el día como mejor pueda, yo prefiero sentarme en una banca y ver pasar frente a mí la vida, en este día se ven cosas lindas, hagan el ejercicio, viendo se aprende y la práctica para ser buenos compañeros de piso nos va a acabar por formar expertos en ser mejores personas.
Bárbara Lejtik. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, queretana naturalizada en Coyoacán. Me gusta expresar mis puntos de vista desde mi posición como mujer, empresaria, madre y ciudadana de a pie. @barlejtik