Redacción / Carlos Slim, sugirió en recientes días que a las amas de casa se les debería pagará un salario, esto con la finalidad de darles poder de decisión.
En números, de acuerdo al último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), emitido el 9 de diciembre del 2016, señaló que en el 2015 el valor económico del trabajo no remunerado doméstico y de cuidados alcanzó un nivel equivalente a 4.4 billones de pesos, lo que representó el 24.2% del PIB del país, de ese porcentaje general, el 18% corresponde a las mujeres y el 6.2% a los hombres, mismo porcentajes que el año 2014.
Además, la mayor parte de las labores domésticas y de cuidados fueron realizadas por las mujeres, destinando el 77.2% de su tiempo, lo que corresponde a un 74.3% si se habla en términos del valor económico.
Los aspectos que midió el INEGI, fueron cuidados y apoyos, alimentación, limpieza y mantenimiento de la vivienda, compras y administración del hogar, ayuda a otros hogares y trabajo voluntario, y limpieza y cuidado de la ropa y calzado.
Entonces, ¿por qué no percibir un salario por dichas actividades o darle el valor que corresponde? Si se contrata a alguien externo para realizar las labores domésticas hay la incertidumbre de que corresponda a la confianza enmendada, el precio que solicite o que se deba destinar por las horas determinadas que trabajará y cuál de las actividades y días cubren el sueldo estipulado.
Así que no le quitamos peso a las labores del hogar al mencionar: “No trabajo, soy ama de casa” o en su defecto: “No trabaja, es ama de casa”, porque ¡claro que es un trabajo! Y es una labor en el que se invierte más de 12 horas al día, es decir, más tiempo del que dedica un trabajador a su profesión. Además, no se cuenta con fines de semana libres, ni vacaciones; se trabaja todos los días, incluso los días festivos.
Es un hecho que ser ama de casa tiene que ser dignificado, pero también debe de ser una elección en donde las actividades domésticas sean repartidas entre los integrantes del hogar y no una determinación social por la condición de género.