Entre las diez cosas que una mujer tenía prohibido hacer en Arabia Saudita, era conducir un automóvil. Sin embargo, el gobierno ordenó la reforma en un decreto real solicitando que se otorguen licencias de conducir a mujeres que así lo quisieran.
A partir de junio de 2018, la mujeres podrán manejar gracias a la histórica decisión del rey Salman. Así lo dio a conocer la casa real y por el Ministerio saudita de Relaciones Exteriores.
Las mujeres sauditas reaccionaron con euforia al decreto emitido por el rey, calificándolo como una “gran noticia”, y agradecieron al monarca a través de las redes sociales por la “libertad de elegir” esta actividad.
Aunque es un pequeño avance en cuanto a las libertades de las mujeres en dicho país, su régimen todavía no les permite: salir de su casa sin guardián (tutor o “mahram”), realizar actividades que afecten el honor de su guardián, mostrar cualquier parte de su cuerpo, estar solas en zonas que no sean exclusivas de mujeres, estudiar y trabajar en donde les guste, hacer deporte, elegir marido, recuperar su libertad, probarse la ropa en tiendas, entrar a lugares religiosos o cementerios.