La declaración de Andrés Manuel López Obrador en la reunión plenaria de los legisladores de MORENA y el PT en Toluca sorprendió a muchos, aunque no es nueva.
Cuando el líder de las encuestas anuncia que si no gana la elección del 2018 se va a su finca en Palenque, Chiapas, anuncia más activismo político en lo que le reste de vida.
Un animal político como lo es AMLO no se retira a la contemplación de la naturaleza ni a hacer un catálogo de árboles en una finca de descanso.
Después de una carrera como la de él, difícilmente puede creerse en un retiro voluntario. Tampoco hay que creerse eso de que no se pudo vencer a la llamada mafia del poder.
López obrador manda señales a propios y extraños con esta declaración.
A los suyos, a los incondicionales, les advierte que deben redoblar esfuerzos para fortalecer las estructuras partidarias, principalmente al ejército que se debe conformar para vigilar cada una de las casillas electorales.
Hacia afuera, les advierte a sus contrarios que ya sin aspiración alguna, se convertirá en una voz que desde el sur de México, la región más pobre de nuestro país, tratará de generar conciencia, lo que como político activo no ha podido (o querido) capitalizar.
Para que esas dos opciones sucedan, deberá López Obrador, tejer fino.
Para ganar necesita que su equipo de trabajo se baje de la nube y ya no se crean descendientes intelectuales de Otero, Degollado u Ocampo. Luego, deben dejar de ocultarle la realidad de cada sección electoral, municipio, distrito y estado a su jefe López Obrador.
Además, deben comenzar a destensar todos los conflictos que al interior de MORENA se han generado. Los hay y no son nada tersos.
Para ganar, AMLO requiere de candidatos que apoyen desde la base su candidatura. Aquí me refiero a quienes serán las personas, sin importar género, que abanderen a MORENA en las elecciones municipales, distritales y estatales que concurren con la federal.
¿En Veracruz repetirá Cuitláhuac García? Si bien hubo un comportamiento atípico en la elección de gobernador en la que este personaje participó, ya se vio que en la elección de 4 de junio, su operación, fue un desastre. García anticipaba ganar 100 municipios el pasado 4 de junio. ¿Cumplió? No. Además, su discurso de odio en contra de los medios de comunicación es peligrosísimo en una de las entidades más crueles para el ejercicio periodístico.
¿Quiénes serán candidatos al Senado y la Cámara de Diputados? Los amigos de sus “operadores” en los estados, seguramente. ¿Eso le garantiza votos? No.
Más allá de nombres, lo que Andrés Manuel requiere es que la maquinaria electoral de MORENA funcione bien. Al menos en dos entidades, Veracruz y el Estado de México, muchos de los que decidieron dejar un día de su vida cuidando el voto para MORENA vieron cómo los dirigentes del comité nacional no les cumplieron con el pago comprometido por permanecer de las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche, cuidando casilla por casilla, el voto tras voto que a su favor emitieron los ciudadanos.
Para ir a Palenque el camino ya está andado. Sólo debe dejar en manos de quienes le han probado que son inútiles para su causa la operación política.
Él tiene en sus manos la decisión última. Tal vez ya sabe en cuál ventanilla se venden los boletos al Centro Histórico de la Ciudad de México y en la que se venden los viajes sencillos hacia Palenque.