A escasos 11 meses de que los ciudadanos salgamos a votar para elegir a quien sucederá en el cargo a Enrique Peña Nieto en la Presidencia de México, no tenemos ninguna candidata o candidato que nos asegure un país sin violencia, sobresaltos económicos, desigualdad, pobreza y corrupción. Es más, no hay mujer u hombre de los que aspiran gobernarnos que pudiera alcanzar siquiera el 30% de los sufragios, lo cual es grave para quienes aspiramos a vivir en democracia plena.
Hasta el momento no hemos escuchado propuestas serias y objetivas de cómo combatir uno de los flagelos que más nos preocupan y laceran como sociedad civil: la inseguridad que ha dejado miles de personas muertas y otras tantas desaparecidas. La violencia engendrada por el pleito de plazas entre el crimen organizado; la matanza de periodistas y activistas de derechos humanos; los feminicidios y los casos de abuso sexual contra menores van en crecimiento, por nombrar sólo algunos.
Para los aspirantes a habitar en Los Pinos no pasa nada de esto, es como si vivieran en el País del Nunca Jamás donde no existe ninguna responsabilidad, sólo el gusto por promover su imagen y pasar a la historia como el “Peter Pan” de la película.
Todos, o casi todos, incluyendo a Margarita Zavala, se han dedicado a denostarse para ver a quién tiran primero en la carrera presidencial del 2018. Los hombres –Andrés Manuel López Obrador, Rafael Moreno Valle, Miguel Ángel Osorio Chong, Ricardo Anaya– que aparecen en las principales encuestas arrastran acusaciones de corrupción, mientras la única mujer, la panista, carga sobre sus hombros la sombra del ex presidente Felipe Calderón que sufre diversas metamorfosis porque un día se comporta como mandatario y otro es candidato o golpeador político.
Estos singulares personajes ávidos de poder, no han dicho nada respecto a la política que seguirían para que los ciudadanos podamos vivir sin miedo, en paz. Todos, excepto el tabasqueño, quieren mantener al Ejército en las calles porque las policías estatales y municipales están copadas por el crimen organizado pero no dicen bajo qué reglas operarían los soldados, lo cual los ha hecho vulnerables a los ataques y críticas del único candidato y dueño de MORENA.
Los carteles brincan de un estado a otro reclutando jóvenes desempleados que, por necesidad o ignorancia, al no tener estudios aceptan convertirse en criminales, asesinando personas que en mal momento se cruzan en su camino durante los enfrentamientos por conservar o ganar una nueva plaza.
Mientras esto ocurre, las y los candidatos políticos andan de gira sin que nadie los moleste, ni delincuentes comunes, policías corruptos o narcos… ¿Será que tienen algún pacto con el crimen?
A menos de un año, ¿qué nos pueden asegurar los aspirantes? Las mujeres y hombres de este país ya no creemos en promesas baratas, como lo demuestra el hecho de que nadie podrá ganar por sí sólo la Presidencia de la República. Nadie, sea quien sea, obtendrá más allá del 30% del voto ciudadano, por lo que deberá, quien gane, gobernar un país de inconformes bajo el riesgo de protestas violentas.
¿Qué esperamos los ciudadanos de partidos y candidatos políticos que gastan miles de millones de pesos en campañas electorales?, dinero surgido de nuestros impuestos, para acceder al poder y olvidarse de que mientras ellos duermen cobijados por sábanas de seda y almohadas de plumas de ganso, la desigualdad y pobreza de la mayoría de los mexicanos crece injustamente, mientras ellos comen y beben como emperadores, miles y miles de niños y ancianos mueren de hambre; mientras ellos roban a manos llenas, el desempleo abofetea a jóvenes que, sin un futuro claro, se pasan al lado de la delincuencia.
En septiembre arranca de manera oficial la campaña electoral del 2018 y más de 88 millones personas con derecho a votar no sabemos quién tendrá la valentía, honestidad, capacidad y compromiso para cambiar el rumbo de un país en llamas.
Elena Chávez. Estudió periodismo en la escuela “Carlos Septién García”. Ha escrito los libros “Ángeles Abandonados” y “Elisa, el diagnóstico final”. Reportera en diversos diarios como Excélsior, Ovaciones, UnomásUno; cubrió diferentes fuentes de información. Servidora Pública en el Gobierno del Distrito Federal y actualmente Diputada Constituyente externa por el PRD.
