En 1997 todo México celebró la liberación de Ricardo Aldape Guerra. Habían pasado 15 años en una cárcel de Texas y esperaba cumplir su sentencia de muerte. Su caso constituyó un verdadero triunfo para la diplomacia nacional. Ya aquí, le dio tiempo de hacer una telenovela y poco después murió en un accidente automovilístico. Pronto saldrá una película con su historia.
Sin embargo, son pocos los casos similares que interesan a la opinión pública. Y cuando no son conocidos, de muerte inminente o de personas famosas, prácticamente no tienen defensa. Se sabe mucho más de los futbolistas mexicanos que juegan de defensa en el mundo que de la defensa de los mexicanos acusados, culpables o inocentes.
Actualmente hay 60 mexicanos esperando su ejecución en 10 estados de la Unión Americana, y en abril pasado la Corte de Malasia ratificó la pena de muerte (horca) para los tres hermanos González Villareal por delitos de narcotráfico.
El último mexicano (el décimo) ejecutado por inyección letal en Texas, fue Ramiro Hernández, en abril de 2014.
Sin embargo, la mayoría de nuestros paisanos no están condenados a muerte. Hay más de 40 mil presos en el extranjero, más del 95% en Estados Unidos y el resto en 43 países diferentes. Desde Perú, España y Panamá hasta Japón, China y Australia.
Los delitos que se les imputan son en casi todos contra la salud (narcotráfico), seguidos de fraude y robo.
Según la contraloría general estadunidense (GAO por sus siglas en inglés), los mexicanos presos en Estados Unidos tienen historiales largos, un promedio de siete arrestos por persona, incluidos de migración y de narcotráfico y gastan alrededor de 12 mil dólares en su manutención anual, sobre todo en Texas y California.
En países remotos con idioma diferente, la defensa es mucho más complicada. A veces de requiere contratar la asesoría de abogados locales para entender la legislación propia del caso. Hay casos donde no existe embajada y es más difícil que alguien los acompañe en el largo proceso judicial o les preste ayuda durante una enfermedad o problema.
En países con gobiernos corruptos o con poca transparencia jurídica, la defensa de los mexicanos se torna más complicada aún, los procesos toman años, los expedientes se pierden o los acusados son sujetos a sobornos y malos tratos, sin ninguna autoridad que responda por los mismos.
Los acusados prácticamente están en estado de indefensión y a sus familiares les resulta demasiado caro y difícil prestarles ayuda. Tal es el caso de los pilotos presos en Venezuela en 2013 y quienes alegaron haber recibido ofrecimientos de pagar un millón de dólares a cambio de su libertad, aun cuando en el avión no se encontró ninguna carga de estupefacientes.
Muchos connacionales presos en el extranjero se quejan de haber sido olvidados por su país. De que no existe una defensa para ellos en el extranjero.
Los especialistas en sistemas penitenciarios consideran que sería mucho mejor que fueran trasladados a cárceles nacionales, pues el idioma, la discriminación y la falta de asistencia consular son los principales retos para que un mexicano logre su readaptación. ”Si viene el mexicano para acá va a estar hablando en su idioma, va a tener a la familia cerca… Haciendo encuestas dijeron muchos extranjeros: yo me quedo en México aun cuando salga en Estados Unidos por un factor determinante, ¿saben cuál es?: la visita conyugal”. (Gerardo Feria, Canal Judicial, 19/12/2013).
La gran mayoría son hombres; de las mujeres se sabe todavía menos, son las más olvidadas, hasta por sus propias familias. Los homosexuales no aparecen en las estadísticas.
En 2004 fue decidido el caso Avena. La Corte Internacional de Justicia falló contra Estados Unidos por no haber permitido a la representación de México asistir a sus ciudadanos arrestados por crímenes en su territorio. No se había cumplido a cabalidad con los artículos 5 y 36 de la Convención de Viena.
México exigió que Estados Unidos restableciera la situación y tomara las medidas necesarias para garantizar que se mantuvieran los derechos otorgados en virtud del artículo 36. También presentó una petición a la Corte, donde solicitaba medidas provisionales a fin de proteger los derechos de sus ciudadanos después de la sentencia definitiva en el caso.
Así, aunque debido a su situación jurídica, aquellos migrantes o visitantes ya sea turísticos o de trabajo, que cometan crímenes en otros países, deben sujetarse a la legislación local. Hay instancias que protegen sus derechos y de las que no saben nada, pues no tienen la asesoría adecuada.
En Estados Unidos, el 70% del total de los extranjeros presos son mexicanos. Nuestro vecino del norte junto con Perú y Panamá son los tres países con más mexicanos presos, de acuerdo al informe de la Dirección de Protección a los Mexicanos en el exterior, de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Luego de que Adán Cortés Salas fue arrestado en Oslo, Noruega, por haber irrumpido de manera ilegal en el edificio del ayuntamiento y alterar el orden público, al manifestarse durante la entrega del Premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai y Kailash Satyarthi; se conoce que de acuerdo a estadísticas del Buró Federal de Prisiones de Estados Unidos, al 28 de diciembre de 2013, había 37 mil 760 detenidos de origen mexicano en cárceles federales de este país.
Cabe señalar que estas cifras son a nivel federal, pues las cárceles estatales, de condado y locales, privilegian el conteo por tipo de delito y no por nacionalidad.
En cuanto al resto del mundo, hay 14 mil mexicanos presos y de esta cifra el 79% fueron procesados por delitos contra la salud (716) y el resto por delitos sexuales, robo, posesión de armas, fraude, tráfico de flora y fauna, entre otros.
Ma. Esther Aduna, es Social Media Manager de Comunicación Estratégica Azur SC.
