Ahora resulta que en estas elecciones que acaban de ocurrir en el Estado de México, Nayarit, Coahuila y Veracruz, todos fueron ganadores y nadie sale perdiendo, de acuerdo con declaraciones de los propios miembros partidistas. Yo les preguntaría a ellos: ¿Seguros que no hay derrotados? Claro que los hay: son los electores, el pueblo.
Hubo un común denominador de reacciones incongruentes: Pierdo pero Gano. Comenzamos con la presidenta perredista, Alejandra Barrales, quien aseguró muy oronda que el partido del sol azteca creció electoralmente en estos comicios. Le siguió su candidato Juan Zepeda, quien resaltó que su campaña fue exitosa y subrayó que el PRD se consolida como la tercera fuerza, con más de un millón de simpatizantes mexiquenses.
“El PRD creció mucho más que ningún partido”, manifestó el exalcalde de Nezahualcóyotl, tras recordar que al comienzo de la campaña las encuestas le daban sólo 6% de intención del voto. Apuntó que el PRD se consolida como una fuerza liberal, de vanguardia, progresista. Bueno, eso dice él.
A ver, si tan confiado estaba Zepeda de su galope y liderazgo, ¿por qué dijo el 29 de mayo en una entrevista radiofónica que las encuestas lo colocaban un punto arriba de Delfina Gómez? ¿Por qué reiteró una y otra vez que Alfredo del Mazo sólo le sacaba tres puntos de ventaja?, siendo que al final del día fue desdibujado de los punteros.
Sin duda alguna, la decepción fue Josefina Vázquez Mota que no alcanzó ni a rasguñar un 15% de sufragios. Pero las justificaciones no se hicieron esperar…
La legisladora panista y presidenta de la Cámara de Diputados, Guadalupe Murguía, dijo que las derrotas electorales son “enseñanzas importantes” y que corresponde a la dirigencia nacional y a los militantes analizarlas punto por punto, caso por caso, para “ver qué enseñanzas nos da concretamente para las elecciones de 2018”. Hay que recordarle que el PAN viene aprendiendo lecciones por años y poco se aprende de los descalabros.
Hay quien dice que “Se Gana, Muchas Veces Perdiendo”, recomendando este pensamiento para mantener una actitud positiva ante la vida, pero aquí no se trata de filosofías de superación personal, sino de que cuando se gane, ganemos en realidad TODOS los que emitimos un voto.
Francamente, aquí no se ve la utilidad para los mexiquenses al haber perdido la batalla comicial Josefina, Zepeda y Delfina, esto a nadie le benefició. Quizá ellos se refieren a lecciones que reciben en un fracaso como éste, pero tampoco aunque ganen como Del Mazo, los ciudadanos del Estado de México tienen asegurado su futuro.
Un ejemplo es que cuando perdió el PRI la Presidencia en el año 2000 ante Vicente Fox, todo mundo pensó que México era ganador. ¿Ganador de qué o por qué? ¡Qué ilusos fuimos! Los únicos que aprendieron esa enseñanza y escarmentaron fueron los priístas, quienes rápidamente recuperaron lo que era suyo en el 2012. Pero nadie más ganó más que ellos, ni sus militantes, sólo los que ostentan y disfrutan del poder.
No se engañe, amigo lector, los partidos pueden darse el lujo de perder en las urnas una y otra vez, el dinero es del contribuyente para financiar ese aprendizaje eterno de los políticos mexicanos.
Atalo Mata Othón. Egresado de la escuela de periodismo Carlos Septién García. Tiene 19 años en el ejercicio del periodismo. Conduce noticiarios en Excélsior TV y es profesor universitario.