Un político sustituyó a un diplomático de carrera en la embajada de México en Canadá. Su designación es parte de la estrategia tejida por el canciller Luis Videgaray para concluir la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) antes de diciembre y contender por la presidencia en 2018.
Con un tweet que pasó desapercibido en la caótica red social, Dionisio Pérez-Jácome Friscione informó que asumió el cargo como embajador de México en Canadá con la misión de fortalecer la relación bilateral.
La “modernización” del TLCAN se está operando contrarreloj. Las pláticas oficiales comenzarán a finales de agosto o principios de septiembre y México está impulsando que concluyan antes del 15 de diciembre. La intención del Gobierno Federal es que lo acordado sea avalado por los congresos de los tres países antes de las elecciones presidenciales del próximo año.
El canciller Videgaray quiere que la discusión sea expedita. Como jefe del equipo negociador mexicano y aspirante presidencial, necesita que el nuevo acuerdo comercial esté listo antes de finales de año. Si lo logra, con un resultado positivo para nuestro país, podrá dejar el cargo seis meses antes de la elección, como lo marca la ley, para poder participar en la contienda. Por eso ha reiterado que el TLCAN es su prioridad.
En este contexto se entiende la llegada del político Pérez-Jácome a la representación mexicana en Ottawa. Agustín García-López Loaeza cumplió su ciclo como embajador en Canadá. Promovió la visita de Estado del presidente Enrique Peña en junio del año pasado tras la victoria del liberal Justin Trudeau en noviembre de 2015. También desempeñó un papel conciliador entre ambos países luego de la tensa relación que propició el gobierno del conservador Stephen Harper y que terminó por disiparse con la eliminación de la visa para turistas mexicanos en diciembre de 2016.
La geopolítica internacional de América del Norte cambió y la carta de Videgaray para reforzar su estrategia en Canadá es Dionisio Pérez-Jácome: una figura más joven, activa y dinámica que su sucesor, un político especializado en economía y negocios internacionales.
Su perfil es muy similar al de Gerónimo Gutiérrez, nombrado embajador de México en Estados Unidos a principios de año. Ambos estudiaron en el ITAM y en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard. Además, ambos fueron funcionarios clave en administraciones panistas.
Como Secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez-Jácome, intentó sin éxito, que el gobierno de Felipe Calderón fuera recordado como el sexenio de la infraestructura y no por la guerra contra el crimen organizado que dejó más de 100 mil mexicanos muertos.
Su última responsabilidad, antes de ser nombrado embajador en Canadá, fue como representante de México ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, con sede en París. Desde esa oficina fue promotor de las cuestionadas reformas estructurales emprendidas por el gobierno en turno.
Pérez-Jácome tiene la ventaja de conocer el TLCAN y tener contactos en el gabinete del Primer Ministro, Justin Trudeau, ya que en el pasado fungió como tercer secretario de la embajada de México en Canadá.
Su nueva encomienda es convencer a funcionarios del gobierno liberal, parlamentarios del partido conservador, así como empresarios y líderes de opinión en Canadá, de que ambos países pueden llegar fortalecidos a la mesa de negociación del TLCAN, si cuentan con una relación más sólida.
Recientemente el embajador de Canadá en México, Pierre Alarie, reconoció que ambos países cometieron un error: “firmar el TLCAN y dejar dormir su relación”. Por lo tanto, la tarea de Pérez-Jácome no es cosa menor. No solo deberá intensificar el diálogo y la cercanía intergubernamental. Su oportunidad como embajador de México en Canadá radica en revitalizar la relación con una economía 35% más grande que la nuestra y donde 100 mil mexicanos construyen sus propias historias de éxito.
Las condiciones están dadas. La eliminación de la visa para turistas y la victoria de Donald Trump han despertado un creciente interés de los mexicanos para visitar, estudiar, invertir o emigrar a Canadá.
Habrá que ver si la habilidad política del nuevo emisario logra capitalizar esta histórica coyuntura y eleva el potencial de la relación entre México y Canadá o solo atiende los intereses y la agenda de su jefe.
Bolas de nieve
Temor. La abrupta salida de Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático puso a temblar a los negociadores del TLCAN en México y Canadá. Esperan que la inestabilidad política y emocional del presidente Donald Trump no afecte el delicado proceso, que desde el punto de vista de México será como “una montaña rusa”.
Consulta. El Gobierno de Canadá invitó a todos los ciudadanos del país a enviar propuestas, sugerencias y prioridades para la renegociación del TLCAN. Los interesados podrán hacerlo en línea en: www..international.gc.ca/nafta
Incertidumbre. Ante el interés y desconcierto de empresarios canadienses, el influyente diario The Globe and Mail analizará el futuro del TLCAN con una conferencia titulada “Globe Talks: NAFTA in play”, en la que participarán expertos en la materia.
Alianza. La empresa mexicana ScreenIT concretó una alianza estratégica con el grupo canadiense Branham Group, que representa a unas de 300 empresas de tecnologías de la información. El objetivo es proveer de ingenieros mexicanos a las firmas canadienses.
Transa. La aerolínea canadiense Transat Air engañó a sus clientes vendiendo vuelos directos a Cancún. Sin embargo, sus aviones no tenían capacidad para realizarlos por lo que recargaban turbosina en Estados Unidos. Para evitar quejas y reclamos, la compañía implementó la estrategia denominada “The Mexican Game”, con la que culpaban a las autoridades mexicanas de un cambio de ruta que los obligaba a realizar una escala técnica imprevista.
Gabriel Ramírez, periodista mexicano en Canadá.