La temperatura en la Ciudad de México se elevó esta semana a cifras inusuales para los capitalinos. Los 31 grados alcanzados a media tarde hubieran sido por sí solos un buen tema de conversación para romper el hielo en un elevador, pero no. También enfrentamos la contingencia ambiental, que se convirtió en un dato alarmante en materia de salud, por lo que las autoridades tomaron medidas al respecto y nos informaron acerca de los cuidados a tener durante la emergencia.
Entre las recomendaciones emitidas por la COFEPRIS, estaban: consumir alimentos recién preparados (hasta con un máximo de dos horas de antelación, pues en temperaturas mayores a los 30 grados las bacterias proliferan fácilmente en alimentos contaminados); evitar alimentos en puestos de la calle y lavarse las manos constantemente, así como hidratarse con agua natural (mínimo 2 litros al día).
A pesar de la recomendación principal de evitar la exposición al aire libre entre las 13 y las 19 horas, a media semana se me ocurrió caminar un tramo de diez cuadras a pleno sol. Después de las primeras cuatro cuadras sentí tal agobio que tuve que abordar un taxi para lo poco que me faltaba. Media hora después experimenté unos síntomas muy parecidos a los de un golpe de calor. Dolor de cabeza, mareos, y náuseas. No supe qué hacer ni qué tomar.
Gracias a ese episodio, decidí averiguar no sólo qué hacer ante un verdadero golpe de calor, sino también cómo mantenerse más hidratado y fuerte en situaciones como la que vivimos.
Y como “Arde la calle al sol de poniente”, aquí les dejo mi “Escuela de calor”.
Mitos y los alimentos que deben evitarse
Cerveza. La creencia popular dicta que una cerveza bien fría puede refrescarnos en días de calor, pero beberla no traerá ningún beneficio real al organismo. De acuerdo con el nutriólogo Abelardo Ávila, del Instituto Nacional de Ciencia Médicas y Nutrición, en lugar de refrescar, lo único que logramos con la cerveza es incrementar la temperatura corporal.
Bebidas energizantes o con electrolitos. Según este experto, no hay ninguna diferencia entre ingerir agua natural y alguna de estas bebidas, salvo que se tenga un problema severo de infección y deshidratación. Por lo tanto, hay que ahorrarse el gasto e ingerir sólo agua.
Café. Habiendo nacido en un país cafetalero, sé bien que beberlo en tierra caliente es una costumbre de todo el día, debido a que su ingesta equipara la temperatura del cuerpo con la del ambiente, logrando así una sensación de “menos calor”. Sin embargo, su efecto diurético estimula la pérdida de líquidos, por lo tanto, es deshidratante. Una noticia triste para mí. La recomendación es cambiarlo por té verde.
Alimentos que sí contribuyen a una buena hidratación
Especias y picantes. Estos alimentos provocan sudoración al aumentar el calor interno del cuerpo, con lo que éste se refresca desde adentro y de una forma natural. En la comida, añada unos cuantos chiles toreados a su porción de carne o pollo.
Moras y frambuesas. Estas bayas son ricas en antocianinas, un compuesto de efecto antiinflamatorio que disminuye la presión arterial. Prepare un Yogurt ligero con moras para el desayuno.
Sandía. El 91% de la composición de esta fruta es agua. Sus antioxidantes y carotenoides ayudan a combatir el calor y nutren a la vez. Prepare una jarra de Agua de sandía sin azúcar si no tolera beber agua natural. O bien, inicie su comida con una Ensalada de sandía, hojas de menta y queso feta con aliño de vinagre balsámico.
Zanahorias. Una de las recomendaciones de las autoridades de salud es la protección de los ojos. Además de usar gafas de sol, hay que potenciar el cuidado de la vista comiendo y bebiendo zanahorias, cuyo alto contenido de carotenos nos protege de la oxidación y brinda un bronceado natural a la piel. Desayune un Jugo de zanahoria con apio y limón, o finalice su comida con un postre fresco de Zanahoria rallada, trozos de piña natural, arándanos y queso cottage.
Tomates. El licopeno que contiene es un potente antioxidante que ayuda a combatir el envejecimiento celular y sus jugos provocan una sensación instantánea de hidratación. Si no, pregúntese por qué en los aviones nos ofrecen un jugo de tomate en vez de uno de durazno. Atrévase a cambiar y este fin de semana sirva un Gazpacho andaluz como primer plato de su comida familiar.
Menta. Ideal para combatir los dolores de cabeza provocados por el calor debido a su propiedad antiinflamatoria. Pero también es una hierba relajante, así que es ideal para tomar un Té helado de menta a media tarde, cuando el calor llega a su máximo.
Calabazas. Compuestas en un 95% por agua, son purificantes y su aporte de vitaminas A y C ayudan a contrarrestar la oxidación. Prepare un Espagueti de calabaza con ajo, aceite de oliva y queso parmesano como acompañante de un pescado en salsa de tomate.
Melón. No sólo refresca por su alto contenido de agua, también provoca una sensación de saciedad. Se le considera preventivo contra el cáncer. Tome un snack saludable de Perlas de melón con hojas de menta y miel de agave.
Plátano. Una de las quejas más recurrentes con respecto al calor, es que no permite conciliar el sueño. Pues bien, el plátano puede ayudarnos a dormir mejor por su alto contenido de melatonina, magnesio y serotonina, sustancias que relajan los músculos e inducen al sueño.
Como cena prepare este manjar. Haga un corte a lo largo de un plátano maduro con cáscara. A través de la abertura, realice pequeños cortes y rellénelos con trozos de chocolate amargo a 85% de cacao. Envuelva en aluminio y ponga unos minutos sobre la parrilla hasta que el chocolate se derrita.
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En honor a mis abuelitos salvadoreños, que tuvieron larga vida, y a sus costumbres en tierra de calor, yo empecé este viernes tomando un café bien caliente (aunque me salga otra arruga bajo el párpado); en unas horas comeré unas rebanadas de sandía fría con sal (sin importar que se me hinchen los pies) y al terminar el día, disfrutaré –como hacía de niña– de una paleta de plátano congelado cubierto de chocolate.