El 17 de abril de este año escribí en El Arsenal un artículo denominado “El factor Corea del Norte”, donde di cuenta de algunos elementos que han estado fuera del análisis y que a mi juicio complementan lo que se ha dicho desde que se reactivó de nueva cuenta la crisis en la península de Corea.
Hoy me detendré a analizar otros factores (históricos) importantes en todo este complejo conflicto geopolítico que data desde la capitulación de Japón (15 de agosto de 1945) ante los Estados Unidos y sus aliados en la Guerra del Pacífico.
Corea no siempre estuvo dividida en dos territorios (Norte- Sur), antes de la colonización japonesa (1910-1945) era un reino gobernado por la Dinastía Joseon (1392-1910) que fue interrumpido por la injerencia nipona. El destino de Corea no lo podemos dejar de explicar sin algunos acontecimientos de finales del siglo XIX como la Revolución Meiji (modernización económica, política y social que inició en 1868 y terminó en 1912) en Japón y su expansión imperial que lo enfrentó a China en 1895 y a Rusia en 1905; en ambos casos Japón ganó las guerras.
En la primera mitad del siglo XX resaltan los hechos históricos como la segunda Guerra Mundial y consecuente Guerra Fría (1945-1991) que enfrentó ideológicamente a los vencedores de la contienda bélica.
Tras la desocupación de Corea por parte de Japón, los aliados se la dividieron en dos partes mediante el establecimiento del paralelo 38. Las tropas estadunidenses se quedaron en el Sur y las soviéticas en el Norte.
En al año de 1948 se crean la República de Corea (Corea del Sur) y la República Democrática Popular de Corea (Corea del Norte). En este contexto se da la guerra de las dos Coreas (1950-1953) que se detuvo con un armisticio, que no es lo mismo que un acuerdo de paz y que técnicamente tiene a los dos países en guerra. Desde entonces, ambos países han seguido modelos diferentes (antagónicos).
La pregunta en cuestión es ¿Qué importancia tienen Corea del Sur para el mundo? En primer lugar, dentro de la lógica geopolítica, permitió a los Estados Unidos controlar la expansión del comunismo en la región y en segundo lugar, Corea del Sur, junto con Japón, en una primera fase, sirvieron para expandir la ideología liberal (democracia y mercado) contraria a lo que establecía el modelo socialista soviético u ortodoxo chino en Asia. Quizá esta lógica hoy en día no tenga mucho sentido; sin embargo, de ese periodo de polarización quedaron muchas rencillas mismas que adquieren un carácter muy complejo cuando existen armas de destrucción masiva involucradas en el conflicto que podrían desencadenar un escenario global de película de tiempos de la Guerra Fría. Ambos países son víctimas de lo acontecido en los últimos 64 años.
Queda esperar que con la reciente victoria de este pasado martes del candidato del Partido Demócrata Moom Jae-in con el 41.4% de los votos, sus principales promesas de campaña, entre las que destacan: un mayor acercamiento a Corea del Norte y una política con mayor margen de maniobra respecto a Washington sean una una realidad, de lo contrario, tendremos que acostumbrarnos a este “estira y afloja” de ejercicios militares y narrativa bélica que nada ayudan a la estabilidad regional-global, y nos hacen regresar al pasado de incertidumbre y enfrentamiento entre polos, claro, en esta ocasión sin el ingrediente ideológico muy característico de lo que parecía una extinta Guerra Fría.
Adolfo Laborde. Analista internacional http://adolfolaborde.com/