El miércoles, en el estudio de “Despierta”, matutino informativo de Televisa que conduce Carlos Loret, hubo un encuentro entre los candidatos de los partidos a la gubernatura del estado de México.
Por primera vez, aspirantes a un cargo de elección popular se sientan en una mesa a decir lo que quieren y a mostrarse tal cual son ante las cámaras de televisión y al escrutinio de los suyos y sus adversarios.
Cada uno, Josefina Vázquez Mota del PAN; Alfredo del Mazo del PRI; Juan Zepeda del PRD y Delfina Gómez de MORENA, le hablaron a su público, a sus simpatizantes y enviaron mensajes a los que no coinciden con ellos y sus propuestas.
Durante algunas décadas he seguido de cerca las trayectorias de los políticos mexicanos, y en especial la de los mexiquenses. Y me encuentro con sorpresas de la mesa a la que convocó Loret:
Una, que los dos candidatos que mejor conocen el estado no son lo de “más experiencia”. Ni Vázquez Mota, dos veces secretaria de Estado y diputada federal, ni Alfredo del Mazo, ex alcalde y legislador federal conocen la tierra, la calle o el barrio.
Ambos, Josefina y Alfredo, “conocen” lo que su paso por la alta burocracia les dejó ver.
Otra. Delfina y Juan demostraron que son calle, colonia y barrio. Y no es despectiva ni peyorativa la descripción. Son dos candidatos que viajan en pesero, que conocen su comunidad y sus necesidades. La razón es simple: son parte de ese pueblo.
Alfredo del Mazo es un político priísta hasta el tuétano. Machacó su discurso como ninguno otro. No salió de los cánones que establece la disciplina partidaria. E identificó al enemigo: Andrés Manuel López Obrador. Del Mazo está ocupado y preocupado por El Peje más que por su campaña.
Delfina Gómez se define como ciudadana con partido y llama a votar por “alguien como ustedes”. Ataja el discurso de ser “juanita” de AMLO con elegancia, y, para desgracia de los adversarios, Felipe Calderón, el expresidente, le hace campaña al atacarla. Si afina y su equipo le ayuda a cubrir algunas carencias al estar frente a los medios, crecerá más.
Josefina Vázquez Mota lucha contra la imagen de perdedora de una elección presidencial. Es vulnerable por los “ataques que desde las instituciones” de procuración de justicia le lanzaron al inicio de la campaña. Si resuelve con transparencia los alegatos en su contra, es rival por quien preocuparse.
Juan Zepeda narró una historia de vida que suena a película. Para su fortuna, no es un guion cinematográfico sino su biografía. Exhibió a uno de sus contrincantes y “placeó” sus resultados en seguridad cuando fue alcalde.
El de Loret fue un ejercicio que debe ser replicado. Esas mesas son las que pueden definir la intención de los votantes, pues –como dije– los contendientes se muestran tal cual son. Los cinco de esa mesa contribuyeron a darle un aire fresco a nuestra maltrecha democracia. Gracias por eso.
