Orden y seriedad es lo que urge en nuestro país para construir una institución como el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), porque podría entenderse como un mal augurio que el martes pasado se haya instalado el Comité Coordinador del SNA, sin haber designado al fiscal que encabezará dicho organismo.
Es sabido que esta flamante institución tendrá como finalidad dar seguimiento, entre otras que surjan en el futuro, a 745 irregularidades detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), pues se dice que la Unidad Especializada de Investigación de Delitos Cometidos por Servidores Públicos de la PGR, no ha dado resultados concretos.
Haciendo una analogía, ¿dónde y cuándo hemos visto que un avión con pasajeros despegue de la pista sin piloto a bordo, o que un barco zarpe con la ausencia de su capitán, quien dirige, coordina y controla todas las operaciones del propio buque, la tripulación, el cargamento, navegación y organización del trabajo?
Pues así ocurre en México, cuando la corrupción en nuestro país alcanzó los 906 mil millones de pesos. Pero eso no es todo, este flagelo concentra el 51% de las preocupaciones de los mexicanos, únicamente superado por la inseguridad y la delincuencia, de acuerdo con una de las más recientes ediciones del estudio “México: Anatomía de la Corrupción”, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Lo más deleznable, es que a pesar del daño los legisladores en el Senado aún toman el asunto con mucha calma. Incluso, se dan el lujo de anteponer sus intereses para “seleccionar” al fiscal. Y aunado a esto, fue necesario proponer una sesión exclusiva para debatir el caso, puesto que los conflictos internos de la bancada perredista no permiten tampoco el flujo normal del proceso parlamentario.
Los políticos no entienden que no hay tiempo para más, no existen motivos para seguir aplazando algo tan urgente y apremiante, porque según la presidenta del Comité de Participación Ciudadana del SNA, Jacqueline Peschard, es imprescindible que “todos los actores hagan un pacto para evitar venganzas y revanchas”. Está bien, pero no queremos que por buscar tantos acuerdos entre sí, esto termine como el tan renombrado Pacto por México, firmado el 2 de diciembre de 2012 en el Castillo de Chapultepec, y del cual, a la fecha, aún esperamos resultados convincentes.
Este miércoles se reunió por fin la Junta de Coordinación Política, y como era de esperarse, no se alcanzaron acuerdos. En la reunión, algunos coordinadores parlamentarios propusieron reformar la ley no sólo para dar mayores atribuciones al Fiscal Especializado en Combatir la Corrupción, sino también para replantear cuánto tiempo deberá durar en el encargo.
¿Pero qué cree? ¡Que se atraviesan las vacaciones de Semana Santa, ni modo, a descansar se ha dicho!, lo demás puede esperar, parecerían decir los legisladores. Decidieron no estresarse y lo dejarán para después.
Ahora no queda más que esperar la designación de ese nuevo fiscal, para que aquel avión o barco, pueda comenzar su complicado viaje hacia lo desconocido.
Atalo Mata Othón. Egresado de la escuela de periodismo Carlos Septién García. Tiene 19 años en el ejercicio del periodismo. Conduce noticiarios en Excélsior TV y es profesor universitario.
