Con el tema migratorio, no se debe lucrar ni improvisar.
Todo parece indicar que la nueva política migratoria del gobierno de los Estados Unidos encabezada por el presidente Donald Trump seguirá su ruta crítica; es decir, repatriar a una gran cantidad de personas que tiene una calidad de indocumentadas en ese país. Más aún cuando las disposiciones migratorias que existían en la administración de Barack Obama se agudizarán en los meses que vienen gracias al memorándum del Departamento de Seguridad Nacional del día 20 de febrero de este año.
El documento de 13 hojas establece las nuevas disposiciones para concretar lo que Trump prometió en campaña con respecto a la repatriación de indocumentados, que oscilan entre 10 y 11 millones de personas. Como sabemos, la gran mayoría de ellos nació en México.
A mi juicio, existen dos disposiciones que preocupan más. Una es la no protección de los no ciudadanos o residentes legales y el tema de la repatriación expedita (inmediata) de todos aquellos que sean detenidos en cualquier lugar de los Estados Unidos y no puedan demostrar que han permanecido en el país por más de dos años.
Anteriormente se establecía la repatriación inmediata a todos aquellos indocumentados detenidos en un rango de 100 millas de las fronteras y con una permanencia de menos de 14 días. Esto, naturalmente, aumentará el número de repatriaciones masivas dejando en retórica lo prometido por el Secretario de Seguridad Nacional, John F. Kelly, en su reciente visita a México.
De acuerdo al periódico El Financiero, en las dos administraciones del presidente Obama fueron repatriados más de 2.8 millones de personas, entonces ¿Qué esperar en la era Trump con estas disposiciones migratorias que también dotan de poder de detención de migrantes indocumentados a todas las policías de ese país, sin contar, claro, la contratación en puerta de 10 mil agentes en Migración y Aduanas? En este sentido, ¿quiénes son los más vulnerables o sujetos a repatriación? Detallo:
En primer lugar, todos aquellos que hayan violado la ley de migración de los Estados Unidos, es decir, los que se introdujeron de manera irregular o aquellos que lo hicieron a través de una visa y ésta se ha vencido.
En segundo lugar, los indocumentados que hayan cometido un delito (grave o no) serán los primeros en la lista de deportación.
Los que llevan menos de dos años viviendo en los Estados Unidos. Ellos podrán ser deportados de manera inmediata, evitando así su defensa por medio de la asistencia legal o consular. Los que llevan viviendo más de dos años pueden optar por esta vía. Aquí la importancia de dotar de mayor presupuesto para el área de protección consular en los 50 consulados mexicanos en los Estados Unidos. Residentes legales que hayan cometido algún delito o violen las condiciones de su residencia legal, es decir, que vivan o establezcan su residencia en otro país.
Sin duda, México enfrenta una situación difícil, que va más allá de la construcción del muro, el cual, ya es una realidad y comenzará su planeación y ejecución en marzo de este año. El respeto a los derechos humanos de los migrantes indocumentados mexicanos o de otra nacionalidad, será algo que se tendrá que exigir. Lamentablemente no se alzó la voz en su momento.
El tema no era la construcción del muro, sino la no repatriación de los indocumentados a través de una reforma migratoria integral que acabó siendo un hermoso sueño. No queda más que hacer nuestra tarea.
Debemos de acudir a las instancias internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a denunciar la violación de los derechos humanos de los migrantes mexicanos y a sus organismos vinculados con el fenómeno migratorio, como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para pedir asistencia técnica ante una eventual crisis migratoria por repatriaciones masivas en la frontera norte de nuestro país.
Aunado a esto, un programa integral para los deportados en salud mental, reinserción y reunificación (en México) de las familias fracturadas tendrá que ser una realidad. En estos temas no se debe de lucrar (políticamente) ni improvisar, sino actuar en consecuencia.
Doctor Adolfo Laborde, Analista Internacional.