La hija de Jacinta defiende a su madre y reconoce el valor de las mujeres indígenas en México.
A pesar del aire de libertad que ya respiran luego de 11 años de “batalla” con las autoridades, Jacinta Francisco, Alberta Alcántara y Teresa González, se dijeron insatisfechas con la disculpa pública que les ofreció el procurador general de la República, Raúl Cervantes Andrade, luego de haber concluido que las tres mujeres indígenas pasaron tres años encarceladas de manera errónea, ya que son inocentes del secuestro de seis agentes de la Agencia Federal de Investigación que ocurrió en 2006, en el estado de Querétaro.
En sus discursos, las mujeres otomíes se mostraron tristes, molestas; incluso la hija de Jacinta, Estela Hernández salió en defensa de su madre y dijo al procurador que la disculpa es “forzada, no voluntaria… y no estamos contentos con este acto de disculpa”.
A su vez, Alberta rompió en llanto y le costó trabajo pronunciar un discurso dolido.
Teresa, por su parte, solicitó a las autoridades que no se vuelvan a repetir estas injusticias y pronunció un mensaje a las mujeres víctimas falsas acusaciones: “Que luchen, que no se queden calladas, hasta que las autoridades las escuchen”.