Los místicos ojos de los felinos también fueron una fuente de inspiración de la belleza femenina.
Se han obtenido registros de que los gatos en el antiguo Egipto comenzaron a relacionarse con los humanos alrededor del año 2000 A.C. Los aldeanos se aprovecharon de su compañía, pues ellos mantenían el trigo y los granos de sus hogares a salvo de los roedores; fue así que poco a poco se fueron introduciendo en su vida diaria.
Debido a los beneficios que ofrecieron los gatos, algunos egiptólogos han establecido que a partir de la tercera dinastía se les consideró como seres sagrados, por lo que principalmente las familias nobles poseían gatos, así como sacerdotes que les rendían culto.
Fue por ello que se le dio rostro y nombre a una nueva deidad asociada a los gatos. Se trata de Bastet, representada icónicamente en algunas ocasiones como una mujer con cara de gato y en otras como una estatuilla de la misma figura, la cual se puede observar actualmente en el ala de la cultura egipcia, en el museo del Louvre de París.
La representación de Bastet era muy recurrida en los ritos funerarios, pues antiguamente se pensaba que esta deidad protegía a los difuntos en el más allá. A Bastet también se le relaciona con la diosa Sejmet, representada como una mujer con cara de león que fue símbolo de poder y fuerza; se decía que siempre estaba sedienta de sangre y para calmar su ira, se organizaban grandes fiestas y se le ofrecía vino o cerveza para calmarla.
Conforme fue evolucionando el culto a Bastet, surgió otra correlación con la diosa Tefnut, de quien se hace referencia en el Libro de los Muertos, la cual defendía al Dios del Sol Ra del demonio Apofis, un ser negativo que quería impedir la reencarnación de Ra, para que el mundo se sumergiera en una oscuridad total. Esta lucha fue representada en los jeroglíficos como un gato peleando contra una gran serpiente.
Sumado al contexto funerario, a Bastet también se le atribuyen propiedades de protección, fecundidad y maternidad; la cosmovisión de los egipcios creó una estrecha relación con sus deidades, a las cuales se debían mantener contentas a través de fiestas, ritos y ofrendas, pues dependían de los cambios climáticos, los que muchas veces fueron asociados a la ira de sus dioses.
Debido a la connotación que se le dio a Bastet, los gatos fueron adorados por los egipcios, pues creían que eran la propia reencarnación de esta diosa, por lo que fue muy común que los felinos vivieran en los templos y se les venerara con ofrendas, además de que se comenzaron a momificar a los gatos para que acompañaran a los faraones en su camino al más allá.
Al ser consideraros seres sagrados, se castigaba con pena capital a las personas que mataban a un gato y también estaban conscientes que sufrirían las consecuencias en la transición al mundo de los muertos, pues ellos serían sus guías en el inframundo. En caso de morir por causas naturales, las familias se rasuraban la cabeza y las cejas para mostrar su luto y dolor por la pérdida del gato.
También se dice extraoficialmente que los egipcios descubrieron otras cualidades, pues utilizaban a los gatos para que éstos absorbieran las enfermedades o las malas energías y pensaban que al momento de acicalarse, los gatos hacían una especie de ritual mágico para deshacerse de la energía negativa que habían obtenido del humano.
Los místicos ojos de los felinos también fueron una fuente de inspiración de la belleza femenina, por ese motivo las mujeres delineaban sus ojos imitando así uno de los rasgos más peculiares; una característica que hasta nuestros días sigue siendo enigmática, pues a través de esa mirada pareciera que tuvieran la oportunidad de ver más allá de nuestra alma.
Han pasado miles de años y siguen cautivando a las nuevas generaciones; en día las cuentas en redes sociales que tienen más seguidores siempre serán aquellas que incluyan fotos, memes y videos de gatos, como es el caso del pequeño Lil Bub quien actualmente cuenta con 1.5 millones de seguidores.
Alejandra Forero. Egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM), fanática del estilo Kawaii y los colores estridentes, además del anime japonés. Catlover de profesión, promotora de la ailurofilia (es momento de romper con todos los mitos negativos que hay alrededor de estos enigmáticos seres, los felinos).
