Las palabras de Trump: ¿Ondas sísmicas hacia México?
Hoy es el cambio de administración en Estados Unidos, algo ha quedado claro: Cualquier declaración de Donald Trump que involucre a México tiene repercusiones importantes para nuestro país.
Sea un tuit o una declaración a medios, las palabras de Trump sobre México se esparcen cual ondas sísmicas haciendo temblar el tipo de cambio. Como si de un terremoto se tratara, el daño llega rápido y es profundo.
La semana pasada, después de que Trump declaró que México ha estado tomando ventaja de Estados Unidos, la paridad se disparó y superó peligrosamente los 22 pesos. El subtexto del mensaje no deja dudas: la relación económica entre ambos países va a cambiar.
Ante esto, José Antonio Meade, secretario de Hacienda, reconoció por primera vez que los mercados ya no están percibiendo a México como un destino seguro para la inversión. Esto explica la volatilidad tan pronunciada de nuestra moneda. Al mismo tiempo, el canciller Luis Videgaray sostiene que México negociará con Estados Unidos sin miedo, en una relación entre “iguales”.
Bajo la premisa de que la relación comercial entre nuestros países es mutuamente benéfica –lo cual es cierto–, el argumento del titular de Relaciones Exteriores es válido. Sin embargo, es hora de aceptar que para Trump México no es un socio comercial, sino prácticamente un gorrón aprovechado.
Idelfonso Guajardo, secretario de Economía, afirma que ante la idea de Trump de imponer aranceles a México, nuestro país reaccionaría “inmediatamente” ante la eventual aplicación de impuestos a nuestras exportaciones.
Este escenario no es nada halagador. México no debe seguirle el juego a Trump e iniciar una guerra comercial. En todo caso, demandarlo por violar los términos del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) o incluso llevar el caso a la OMC podrían ser mejores opciones.
Este día, Donald Trump será oficialmente el hombre más poderoso del planeta. A México ya le ha demostrado lo que pueden hacer sus palabras.
A estas alturas, seguir pretendiendo que es posible mantener un diálogo bilateral respetuoso, que busque estrechar y mantener las relaciones económicas y políticas con nuestro vecino, es una estrategia muy arriesgada.
Paola Palma Rojas. Articulista especializada en análisis de políticas públicas, macroeconomía, comercio internacional, competitividad e innovación. Maestra por el ITAM y por el IPN.