El menú de los Globos de Oro: un aperitivo exclusivo; elementos inspirados en el glamoroso Hollywood de los años 30 (igual que la película ganadora).
La La Land, la película más premiada en la pasada entrega de los Globos de Oro, es un drama musical inspirado en la época dorada de Hollywood, al más puro estilo de la dupla Astaire-Rogers que por casi una década iluminó la pantalla con sus bailes y amoríos.
Ganadora de siete premios, incluyendo el de “Mejor película”, La La Land narra la vida de dos jóvenes enamorados que en el intento de cumplir sus respectivos sueños, como pianista y actriz, se enfrentan a una serie de adversidades que ponen en riesgo su relación.
Hay una tendencia retro en el cine estadounidense que apuesta por recrear la sociedad de la década de los 30, tal como vimos recientemente en Cafe Society (Woody Allen, 2016).
Aunque el “plato fuerte” mediático de esta 74 entrega fue el discurso de la actriz Meryl Streep contra Donald Trump, también hubo un “plato fuerte” real que disfrutaron los casi mil 300 invitados a la cena de gala posterior al evento, ofrecida en el Hilton Beverly de Los Ángeles.
El menú titulado “Lo italiano descubre California” y creado por Alberico Nunziata, chef ejecutivo del hotel, constó de un aperitivo exclusivo para la ocasión y tres tiempos de servicio con elementos inspirados en el glamoroso Hollywood de los años dorados, igual que la película ganadora.
Para abrir boca, se sirvió el cóctel “Moet Diamond”, creado por la actriz y “lifestyler” Olivia Culpo, elaborado con un tanto de Moet Chandon Imperial, licor de naranja y un toque de licor de cerezas, del cual se sirvieron 500 copas. Sin duda, un trago old fashioned y deslumbrante –como la gargantilla de diamantes que lució la ganadora Emma Stone en la alfombra roja– y con el que la emblemática firma celebró 26 años de ser la champaña oficial de los Golden Globes.
Además del coctel insignia, durante la alfombra roja se sirvieron mil 500 minibotellas de Moet Chandon Imperial, así como 125 sets de Moet Chandon Grand Vintage 2006 y Moet Rosé Imperial, dispuestos en cada mesa para acompañar la cena.
El primer tiempo, consistente en la “Ensalada Dorada” –en alusión al color de la estatuilla y a la época en que sucede La La Land–, fue simple y fresco: trozos de betabel rostizado (amarillo, dorado y morado), supremas de toronja, láminas de rábano, pistaches tostados y queso de cabra con aderezo de lima estilo ceviche.
¿El plato principal? Un dúo de carnes compuesto por un robalo chileno con pesto artesanal de tomates deshidratados y un filete mignon con costra de hongos porcini sobre cama de rissoto con queso parmesano (añejado 24 meses), acompañado por floretes de brócoli. Nuevamente un “plato limpio” cuya gracia recayó únicamente en la pulida técnica de preparación y calidad superior de los ingredientes.
Para el gran final, el chef pastelero sirvió un trío con los más icónicos postres de la gastronomía italiana: un pastelito napolitano con pan de almendras y crema de naranja con mascarpone; una barra crujiente de chocolate gianduja y un profiterol relleno de crema de vainilla y amaretto.
Como pueden ver, en la cena ofrecida a las estrellas más fulgurantes del cine, no hubo nada parecido a los “cremosos”, “polvos”, “geles” o “reducciones” y “espumas” que se sirven como “lo de hoy” en los restaurantes más top a nivel mundial.
Parece que hasta en la alta gastronomía hay una necesidad de volver a “lo de antes”, a los clásicos, a esos platos cargados de colesterol y azúcar, sin tanto cuento.
Mientras llega a nuestros cines La La Land (al parecer el 2 de febrero), voy corriendo a La Europea para comprar aunque sea una de esas mini Moet Chandon Imperial (alrededor de 350 pesos) con la que prepararé mi propio Moet Diamond.
Tal vez brindando con todo glamour logre evadir la realidad de un 2017 a todas luces nada dorado.
Coctel Moet Diamond
Ingredientes:
3 onzas de Moet Chandon Imperial Brut.
1/2 onza de licor de naranja (Contreau o Grand Marnier).
2 gotas de Cherry Bitters (http://amzn.to/2jCgP2j), o bien, sustituir con un Amargo de Angostura o Kirsch, licor de cerezas. Piruleta de azúcar cristalizada.
Procedimiento: Verter el licor de naranja y las gotas de Cherry Bitters en una copa de flauta. Añadir lentamente la champaña bien fría. Adornar con una piruleta de azúcar. Soñar, disfrutar y evadir.
