jueves 21 noviembre, 2024
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COLUMNA INVITADA

«EL RING DE LOS DEBATES»: El gasolinazo, la inconformidad y la semilla del pánico

El enojo social es absolutamente entendible, pero no el vandalismo. 

Y cuando despertamos, el gasolinazo estaba ahí.

 

Aun cuando la liberalización del precio de las gasolinas fue anunciada por la Secretaría de Hacienda desde el martes 27 de diciembre (http://bit.ly/2inWOfX), quizás la modorra por las fiestas de fin de año no nos permitió dimensionar el impacto de la medida, hasta que acudimos a una estación de servicio a cargar combustible a partir del primer día de este año.

 

De la otra parte de la historia del gasolinazo, todos fuimos testigos (y hasta víctimas): desabasto, producto de la especulación; las primeras protestas aisladas; la furia en las redes sociales recordándole al presidente Enrique Peña Nieto que, con la Reforma Energética, ya no habría más aumentos mensuales; así como el caos, los saqueos, la rapiña y la violencia.

 

En un intento por analizar con frialdad lo ocurrido, hay que separar dos hechos que parecen innegables: que ese aumento era inevitable y ya estaba mandatado, con el aval del propio Congreso; además de que el enojo social es absolutamente entendible, no así el vandalismo y mucho menos una estrategia para generar pánico entre la ciudadanía.

 

La chispa que encendió la llama

 

Justificar la creación de nuevos impuestos o el alza en los precios de bienes y servicios debe ser una de las tareas más difíciles para cualquier político. Yo no lo soy y no tendría por qué asumir esa función. Sin embargo, como comunicadora y ciudadana informada, he leído los argumentos que el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, da para por lo menos tratar de encontrar alguna lógica en la decisión del Gobierno Federal de adelantar la liberalización de las gasolinas.

 

La razón parece ser mucho más simple de lo imaginado: la gasolina subió porque cuesta más. Hay un severo déficit en la producción de los combustibles necesarios para satisfacer el mercado interno. De acuerdo con datos del propio Pemex, en noviembre pasado se consumieron 828 mil barriles diarios de gasolinas automotrices, pero la producción nacional fue de apenas 254 mil barriles diarios.

 

Esto significa que se tuvo que importar alrededor del 70% de las gasolinas. Si eso ya es un problema, lo es más debido a que aumentaron los precios internacionales del petróleo (por ende, de sus derivados) y el peso se ha depreciado de manera importante frente a la moneda verde.   

 

Tan sólo de enero a abril del año pasado, México compró gasolina de ocho naciones: Estados Unidos, Países Bajos, España, India, Bahamas, Antillas Neerlandesas, Francia y Trinidad y Tobago. Y pagó casi tres mil millones de dólares, según cifras de la Secretaría de Economía.

 

¿El gasolinazo provocará una escalada de precios? Hacienda estima que el impacto del alza en las gasolinas y el diésel sobre el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) será de 0.6% en enero, lo que llevará la inflación a cerca de 4.0% anual. Incluso, consideró que el impacto será de una sola vez, por lo que su efecto inflacionario será transitorio y permitirá que los precios se estabilicen.

 

Eso, por supuesto en el mundo ideal. Por lo pronto, el precio del gas LP también ya se regirá por la ley de la oferta y la demanda, mientras que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) informó el pasado 2 de enero que sus tarifas para los sectores industrial, comercial y de uso doméstico alto, subirán de entre 3.7 y 4.5% más en comparación a diciembre de 2016.

 

Dos de los alimentos tradicionales en nuestra dieta, la tortilla y el pan, podrían subir de precio. El presidente de la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías, Lorenzo Mejía, amenazó con un incremento de hasta el 30% en el kilo de tortilla; mientras que el pan subiría hasta 22%, por lo que un bolillo pasaría de 1.80 a 2.20 pesos.

 

A la vez, el secretario de Movilidad de la Ciudad de México, Héctor Serrano, informó que analiza el aumento que tendrá el transporte público que, de acuerdo con dirigentes de microbuses, se prevé sea de alrededor del 20%.

 

Pese a todo, los analistas aseguran que no habrá un aumento generalizado de precios.

 

Sembrar el miedo

 

Las espontáneas y legítimas protestas de algunos ciudadanos por el aumento de hasta 20% en las gasolinas fueron opacadas por actos vandálicos. Los primeros objetivos fueron las gasolineras y las pipas que transportaban el combustible; luego se registró el saqueo de almacenes, tiendas de autoservicio y departamentales, así como de conveniencia y casas de empeño.

 

Por estos actos, hasta el pasado jueves habían sido detenidas más de 600 personas, 430 de ellas en el Estado de México

 

Paralelamente comenzaron a surgir rumores de saqueos en Huixquilucan, Interlomas y varias zonas de Naucalpan. El periodista y especialista en redes, Alberto Escorcia, identificó perfiles falsos en Facebook desde donde se invitaba a participar en el saqueo de centros comerciales en la Ciudad de México, concretamente en la delegación Azcapotzalco, con pretexto de la “legítima protesta” en contra del aumento a los precios de la gasolina (http://bit.ly/2iJEroF).

 

En Twitter también apareció un Trending Topic en el que se invitaba a saquear tiendas de la cadena Walmart. En esta red social, cerca de 500 cuentas de perfiles falsos difundieron información falsa, lo que provocó psicosis, cierre de tiendas, pánico colectivo y reportes falsos de robos.

 

El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, denunció la existencia de una campaña de información falsa para inducir al pánico entre la ciudadanía. Habló de cerca de mil 500 cuentas apócrifas en redes sociales, además de que se registraron cerca de 100 llamadas falsas a los números de emergencia.

 

¿Quiénes están detrás de esos actos vandálicos y de esa campaña de desinformación que busca generar psicosis y pánico en la sociedad? ¿Quiénes quieren sacar raja política de la inconformidad social? ¿A quién le conviene desestabilizar al país? ¿Se está creando un peligroso caldo de cultivo para forzar el uso de la fuerza pública?

 

Estimo que al Gobierno Federal le faltó sensibilidad y que el aumento de las gasolinas pudo ser gradual para evitar un impacto tan brutal en la economía de las familias. El llamado del primer mandatario “a la comprensión” ante esta medida “difícil y dolorosa” suena hueco cuando no está acompañado de medidas de austeridad y contra la corrupción en Pemex y su sindicato. La inconformidad es legítima, lo que no podemos permitir es el vandalismo.

 

Y esto es apenas el inicio de un 2017 que estará marcado por el gasolinazo, la inconformidad y la semilla del pánico. 

 

Hannia phixr 

Hannia Novell. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, realizó estudios en Periodismo, Literatura y Seguridad Nacional en diversas instituciones como la Universidad Iberoamericana, el Centro de Comunicación, Radio Educación y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Especialidad en corresponsalía de guerra en La Universidad de Jerusalem (Israel) y una especialidad en comunicación política en George Washington University. Titular del noticiario estelar de Proyecto 40 en su edición nocturna.

 

 

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