Recomendaciones para gozar del Pan de Muerto tradicional o con relleno.
Sin duda alguna, el pan dulce más mexicano es el “Pan de muerto”, esa delicia que disfrutamos los primeros días de noviembre para conmemorar y ofrendar a nuestros antepasados en el Día de Muertos.
Aunque la receta varía de región en región, el pan de muerto clásico se elabora a partir de un pan de yema o brioche (harina, levadura, mantequilla, leche, huevos y yemas), el cual a veces se rellena o reboza con cáscara de naranja, nuez, semillas de anís, romero o ajonjolí; o bien, se perfuma con esencias que le dan una “particularidad”, como agua de azahar, lavanda, piloncillo, etcétera.
Algunos supermercados lo ofrecen ¡desde agosto!, pero personalmente me reservo el gusto y el pecado para los días de todos los santos y los fieles difuntos, como dicta la tradición.
Nuestro pan de dulce marca ritos que nos acompañan desde el nacimiento y hasta la muerte, en el desayuno o en la merienda. Y el pan de muerto es uno de los más democráticos: hay oferta para todos los bolsillos y estilos. Lo encontramos tanto en las panaderías de barrio como en la tienda gourmet más exclusiva.
Incluso las panaderías artesanales o “propositivas” ofrecen, cada año, cada uno a su manera, como la “Galletísima de Pan de Muerto” de Cachito mío: quiches y tartas, o el Pan de Muerto relleno de muselinas de té verde o hibiscus del Café Ruta de la Seda. Pero también hay chefs que prefieren ser fieles a la receta tradicional, como Mónica Patiño, que no “afrancesa” su oferta y que en su Delirio ofrece una receta conventual.
Al igual que la chef Patiño, yo creo que en estos casos “menos es más” y que el pan de muerto “simple” y “original” es el mejor. Los intentos veganos de usar harinas sin gluten y demás “hispterias” me dan mucha flojera, amén de que ningún pan de muerto va a tener la textura esponjosa que tanto amamos si se usa una harina diferente.
Además de su textura, sabor y aromas, lo que más disfruto del pan de muerto es el ritual que celebramos en su nombre. Antes que nada, hay que colocarlo en la ofrenda familiar para luego convocar una reunión familiar y disfrutarlo con una taza de chocolate caliente.
Los días 1 y 2, las grandes panaderías no hornean otra cosa que pan de muerto. Una panadería como La Esperanza, hornea hasta 5 mil piezas por día.
Como esta ofrenda exquisita sólo se come una vez al año, hay que meditar muy bien qué le vamos ofrecer a nuestros antepasados y a nuestro “templo”.
Y en ese mismo sentido, siempre me digo: “Hay que engordar con nivel”, aunque las hordas orgánicas-veganas y progres me tilden de old fashion.
Aquí mis recomendaciones (precio de pieza individual).
Tradicional y bien hecho:
Delirio (http://www.delirio.mx/restaurante/#NOSOTROS): Receta tradicional. Aroma espectacular a esencia de azahar y buena textura. Magnífico precio (22 pesos).
La Esperanza: El que todos compramos. No tiene pierde. Siempre sabe bien.
Superama: El extra special con “mantequilla de verdad”, siempre fresco. Cumplidor. (Paquete con 5 piezas, 59 pesos)
Con los mejores ingredientes:
DaSilva (http://www.dasilva.mx/): Con mantequilla neozelandesa y agua de azahar. (Tradicional, 27 pesos. Con relleno de chantilly y vainilla de Papantla, 53 pesos)
Mayson Kayser: (http://www.maison-kayser.com.mx/): Con toque de naranja y la mejor mantequilla. Gran textura, crujiente por fuera y celestial por dentro (35 pesos). También disponible con relleno de crema de nata y cubierto de ajonjolí.
Con “onda” y un “twist”:
Ruta de la Seda (http://caferutadelaseda.com/): Tradicional (35 pesos). Con relleno de cremas florales de hibisco, azahar, espliego, lavanda o rosas. También disponible con los rellenos -que ya son marca de la casa- de muselina de té verde, vainilla o chocolate amargo (75 pesos).
Cachito mío, quichés y tartas: “Galletísima de pan muerto”. Definitivamente es una propuesta para los que quieren sentirse “diferentes”. Crocante por fuera, suave por dentro. A la primera mordida es una galleta, a la segunda es un pan. Buen sabor, aunque poco aroma (35 pesos).
Clásico, emblemático, atemporal y MI FAVORITO:
Pastelería Suiza (http://www.pasteleriasuiza.mx/): Esponjoso con relleno de crema de nata de sabor delicado, nada dulce, lo cual crea un balance perfecto con el azúcar del pan. Simplemente exquisito. El precio vale la pena (48 pesos).