Para los vikingos eran animales sagrados.
El gato Bosque de Noruega tuvo su origen en la región escandinava que contempla países como Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia. Estos felinos han habitado dichas tierras desde hace siglos y se le ha incluido en algunas leyendas como la de la Diosa Freya, quien tenía un carruaje tirado por estos gatos, e incluso el dios Thor intentó sin éxito cargar a uno de los felinos, y se dice que para los vikingos eran animales sagrados. Tan importante y popular se volvió esta raza que en 1976 el rey Olav de Noruega lo nombró la “mascota nacional”.
A partir de 1930 comenzó la crianza de estos gatos de apariencia salvaje, con un denso pelaje que les sirvió para adaptarse a las bajas temperaturas, pero además estos ejemplares tenían un carácter dócil y una belleza natural. Una de las pioneras de los Bosque de Noruega fue Elsa Nylund, conocida entre los criadores como la “mamá de los noruegos”.
Fue hasta el año 1972 que se reconoció oficialmente esta raza y cuatro años después los Bosque de Noruega fueron incluidos por FIFé (Federación Internacional Felina) en la categoría de los gatos de pelo semilargo y se tomó como modelo del estándar a una gato llamado Pans Truls, que ha sido uno de los felinos más famosos.
Respecto al estándar los Bosque de Noruega, son gatos de talla grande, su cabeza forma un triángulo equilátero entre las orejas y el mentón; poseen un perfil largo y recto que les da un toque de elegancia. Sus ojos son grandes y ovalados, dando una expresión dulce; su cola es larga y muy provista de pelo.
Su pelo semilargo es diferente al de otras razas, puesto que en sus orígenes estuvieron expuestos a muy bajas temperaturas, los Bosque de Noruega cuentan con dos capas de pelo, la primera capa es de pelo más largo e impermeable al agua, además de que estos gatos también se caracterizan por tener una pechera abundante, la cual les da esa apariencia de felinos salvajes. Estos gatos tienen diferentes variedades de color y patrones, los únicos que no son permitidos son los colores Chocolate, Lila y Canela.
La fundadora de los Gatos Bosque de Noruega en México es la licenciada en Diseño Gráfico, Gabriela Villalpando Bonilla. Ella comenzó a interesarse por los gatos, porque desde los 4 años su padre le heredó el amor y respeto por los animales; fue así que tuvo una etapa como rescatista y refugista, además de que se desempeñó como auxiliar del médico veterinario Óscar Oliveros.
“Crear y criar son mis pasiones”, nos comentó Gabriela quien en el año 2010 a través de las redes sociales y la información que obtuvo de los Gatos Bosque de Noruega, se enamoró de estos felinos y realizó dos viajes a España e Italia para conseguir a sus tres pies de crías: GB Miyoda Aston, Chardonnay LaPeyre* ES Goxua y de origen italiano IT* Frozenlake Robert Redford/ Bobe, uno de los gatos más especiales para Gabriela, ya que en noviembre del 2015 obtuvo el título GIC, Gran Campeón Internacional, siendo uno de los reconocimientos más destacados que puede recibir un gato por parte de FIFé (Federación Internacional Felina) y fue el primer gato en la historia de la Federación Felina de México en obtener este título internacional.
Es así que comenzó el sueño de Gabriela bajo el nombre MX* Quetzal Balam, que es una conjunción del Náhuatl y Maya, cuyo significado es: jaguar de cola larga de plumas brillantes. Al respecto, Gabriela expresó: “Este es el nombre de mi sueño noruego, una aventura gatuna de toda la vida que hago con mucha pasión”.
Referente al carácter de estos gatos, Gabriela nos compartió lo siguiente: “Contrariamente a lo que puedan sugerir su aspecto y pasado salvajes, el Bosque de Noruega es un gato equilibrado, sociable y juguetón. Tierno, amoroso y fiel suele ser confiado con el hombre. Es un gran compañero que establece una relación muy especial con su amo al que sigue a todas partes haciendo todo lo posible para llamar su atención.
Tiene una increíble capacidad de comunicación con las personas y animales de su entorno y le encanta socializar y compartir sus juegos. Es activo pero no alocado y aprecia vivir al aire libre aunque se adapta a la vida en un departamento, siempre que tenga espacio para sus juegos e investigaciones. Es silencioso, ágil y muy curioso además de que le encanta trepar a los lugares más altos para disfrutar de vistas panorámicas, además de que disfruta los paseos en auto o también se le puede sacar a pasear con arnés y es tan sociable que se lleva con perros y otras razas”.
A estos planes de crianza se han agregado más ejemplares de Alemania, Francia, Dinamarca y recientemente de Polonia; pero una de las historias que más la enorgullece como criadora, es que el año pasado 7 de sus gatos obtuvieron el título National Winner que reconoce a los mejores 15 gatos de todo México; entre ellos Diamantina, Coper, Tano y Toscana quienes son orgullosamente mexicanos. “En este criadero estamos comprometidos con el estándar de la raza, nuestra misión es dar a conocerla, siendo de reciente introducción en México tenemos esa responsabilidad con los criadores que han apostado a MX*Quetzal Balam confiándonos noruegos, con los cuales podremos establecer nuestras propias líneas y con las familias que desean llevar un noruego de calidad a sus vidas”.
Gabriela abre las puertas de su criadero a las familias interesadas en adquirir un Bosque de Noruega: “nuestros noruegos nacen dentro de un ambiente familiar, el criadero no es más que la casa donde yo nací y está libre jaulas, además mi compromiso es entregarles un gato sano, fuerte, emocionalmente estable, puesto que desde que nacen están bajo los mejores cuidados, gracias al equipo veterinario que me apoya en esta pasión, además de contar con los exámenes genéticos de mis pies de cría que les garantiza a las familias llevarse un gato saludable.”
MX* Quetzal Balam es un criadero responsable afiliado a la Federación Felina de México y es por ello que Gabriela hace una previa selección de sus familias, a fin de que los gatitos terminen en manos de personas amorosas y sobretodo responsables. Para finalizar la entrevista la criadora enfatizó: “No importa si es adoptado o comprado, de raza o no; es fundamental saber de dónde viene el gato, conocer a las personas que te lo van a entregar y en caso de los gatos domésticos es indispensable que se entreguen pruebas de Sida y leucemia. Nuestra responsabilidad es procurarles una vida digna, alimentación, seguridad, atención veterinaria pero, sobre todo, nuestro cariño y respeto. Son seres que sienten tanto alegrías, dolor y tristezas. Seamos humanos RESPONSABLES”.
Alejandra Forero. Egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM), fanática del estilo Kawaii y los colores estridentes, además del anime japonés. Catlover de profesión, promotora de la ailurofilia (es momento de romper con todos los mitos negativos que hay alrededor de estos enigmáticos seres, los felinos).