La relación entre comida y felicidad
Todo surge por algo llamado mood food: la relación entre comida y felicidad, se trata de un movimiento que parte de la base en que ciertos nutrientes y otras propiedades de los alimentos influyen positivamente sobre nuestro estado de ánimo, prometiendo mantenernos felices a través de una dieta.
Los orígenes de todo esto se encuentran en Japón, pero fue hasta mediados de los 80 que científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) aseguraron que los nutrientes, hidratos, vitaminas, minerales y ácidos grasos de los alimentos que comemos afectan directamente sobre cómo pensamos, percibimos y sentimos.
Estas investigaciones apuntaban al responsable de todo: el triptófano, un aminoácido esencial, pues descubrieron que al tomarlo el cerebro producía una sustancia llamada serotonina, la hormona del placer y responsable de influir en el humor, el sueño, el apetito y la presión. “Esta sustancia es la que provoca mayores niveles de tolerancia al dolor, reduce la irritabilidad y mejora la calidad y cantidad del sueño”, apunta Miguel Ángel Almodóvar, sociólogo, especialista en divulgación científica y autor del libro Mood food. La cocina de la felicidad.
El secreto se encuentra en los alimentos picantes, que liberan endorina, los ricos en yodo, como el marisco, el bacalao, la caballa, el ajo, las avellanas o las fresas, que producen placer y desinhibición; y en otros como las espinacas, el chocolate o la piña, que estimulan la energía positiva y mejoran el estado anímico.
Pero en realidad todo esto puede sonarnos familiar, ya que Adriana Ortemberg, cocinera naturópata especcializada en nutricion y alimentación natural, afirma que: “Desde la más tierna infancia, utilizamos la comida para celebrar momentos felices, pero también para aliviar el aburrimiento o la depresión, o como método para consolarnos en situaciones de tristeza o angustia”.