De realizarse las elecciones ahora, Trump le ganaría a la ex primera dama.
Lo impensable esta sucediendo: según un sondeo del Centro Rasmussen Reports, el virtual candidato a la presidencia de Estados Unidos por el partido Republicano, Donald Trump, estaría en una elección nacional dos puntos porcentuales por arriba de la aspirante Demócrata, Hilary Clinton. De realizarse las elecciones a la presidencia en este momento, Trump le ganaría a la ex primera dama y secretaria de Estado con 41% de los votos contra 39%.
El sorprendente resultado se debe a varios factores. Primero, los Republicanos parecen resignados a que Trump sea su candidato y aun sus más férreos críticos, se han rendido ante la evidencia de que es o Trump, o nada, y lo están apoyando públicamente. Según una encuesta del diario The Washington Post, el 85% de los republicanos prefiere votar por Trump que por algún ningún candidato Demócrata.
El segundo factor es Bernie Sanders, quien sigue dando la batalla. Lo peor es que otra encuesta (de la revista The Economist y el grupo YouGov), revela que aún si Sanders desistiera en su empeño de arrebatarle la candidatura a Clinton, sólo el 55% de sus seguidores se iría con ella; el 15% preferiría apoyar a Trump; el resto no sabe, o escogería a un tercero. Aunque es prácticamente imposible a estas alturas que el senador por Vermont alcance a Clinton, el mismo sondeo de YouGov muestra que, en la contienda por la presidencia, enfrentado con Sanders, Trump sí perdería con una diferencia de 39 a 48%.
El tercer factor que volvió a asomar su temible cara la semana pasada, es el asunto de los correos electrónicos de Clinton, cuando fuera Secretaria de Estado. Según un reporte de 83 páginas de una auditoria que realizó el mismo Departamento de Estado Clinton, nunca pidió permiso para hacer uso exclusivo de una cuenta de correo privado para tratar asuntos oficiales. La investigación interna ratifica que Clinton violó normas federales y que fue advertida repetidamente por empleados de las Secretaria acerca de esto. Lo más incriminador no es tanto que haya hecho algo propiamente ilegal, sino que indicó a sus subalternos que no la volvieran a molestar con ese asunto.
Y esto nos lleva al cuarto y mas importante factor que está obrando en contra de su candidatura: la propia persona de Hilary Clinton. La percepción que tiene el electorado estadounidense de la ex primera dama es que su cercanía al poder le ha dado la certidumbre de que las reglas no aplican de igual forma para ella que para el resto de los ciudadanos. Trump ha capitalizado con su típica fineza lo revelado por la auditoria del Departamento de Estado y cada vez que se refiere a Clinton la llama ¨la mentirosa ésa¨; sus palabras no han hecho sino acrecentar su mala reputación entre el electorado más numeroso, que es el de las mujeres. Ahí sí Clinton tiene una clara ventaja con el 52% de las preferencias de voto, contra un 39% de Trump.
Hay algo en lo que sí, Hilary Clinton y Donald Trump están casi empatados y es en el nivel histórico de rechazo que ambos candidatos tienen por parte de los estadounidenses. En el caso de Trump, aquellos que tienen una opinión desfavorable del magnate de los bienes raíces llega hasta el 60% de los encuestados, mientras que Hilary ha llegado a alcanzar casi un 55% de rechazo entre los estadounidenses. Estas cifras no tienen precedente entre candidatos a menos de seis meses de ninguna elección en Estados Unidos. Con estos antecedentes, cualquiera que se alce como el ganador en las elecciones del próximo 2 de noviembre, será recibido por el electorado más con resignación que alegría. Cualquiera que gane entre Trump y Clinton, será percibido aún entre sus propios correligionarios como “el menor de dos males¨.